Te encuentras frente a una fecha límite y sabes que deberías empezar lo antes posible, pero te resulta difícil evitar caer en la procrastinación. En lugar de abordar lo que debes hacer, te distraes respondiendo correos, organizando archivos, llamando a tu abuela, ordenando tus calcetines o clasificando las especias alfabéticamente. Cualquier cosa que encuentres para seguir posponiendo ese proyecto desalentador, solo para luego enfrentar las consecuencias de la procrastinación.
El término «procrastinar» tiene su origen etimológico en el verbo latino «procrastināre», que significa posponer hasta mañana. Sin embargo, va más allá de simplemente postergar de manera voluntaria. La procrastinación también tiene mucho que ver con el término en griego antiguo «akrasia», que es algo así como hacer algo en contra de nuestro mejor juicio. La procrastinación es uno de nuestros peores enemigos, ya que nos hace sentir mal. Cuando procrastinamos, somos completamente conscientes de que estamos buscando excusas para evitar una tarea que nos da pereza. Además, sabemos que hacerlo es probablemente una mala idea. A pesar de ello, seguimos procrastinando sin importar las consecuencias.
43.- CONTROLAR EL ESTRÉS
El estrés puede tener un impacto significativo en nuestra productividad y capacidad para enfrentar tareas desafiantes. Según un estudio realizado por Towers Watson, altos niveles de estrés en el trabajo pueden llevar a una disminución en la productividad y una sensación de desconexión con el trabajo.
La investigación revela que el 57% de los empleados que experimentan altos niveles de estrés son menos productivos y se sienten desconectados de sus labores y con más tendencia a procrastinar. Además, el 68% de los empleados siente que las horas necesarias para completar su trabajo diario exceden el tiempo disponible durante la jornada laboral. También se ha encontrado que el estrés laboral está relacionado con mayores tasas de ausentismo.
Ante estos datos, es importante reconocer la influencia del estrés en nuestra capacidad para concentrarnos y abordar nuestras responsabilidades. Si sientes un nudo en el estómago y experimentas escalofríos debido al estrés, tomarte unos minutos para relajarte puede ser beneficioso. Darte un respiro te permitirá regresar al proyecto abrumador con un enfoque claro, una mente más tranquila y menos sensación de pánico.