Durante los últimos años, el concepto de alimentación sostenible ha recibido una cantidad significativa de atención por parte tanto de gobiernos como de ciudadanos comunes. Se trata de una forma de alimentación enfocada en el bienestar ambiental del planeta. El simple hecho de cada uno de nosotros al establecer los hábitos alimentarios que adoptamos es capaz de aportar algo positivo al medio ambiente.
Sin embargo, resulta difícil decidir qué cambios son los mejores para abordar una alimentación sostenible. Cuestiones como ciertos procesos energéticamente costosos, la certificación de productos, las recomendaciones dietéticas, y la provisión de alimentos locales saludables, pueden ser particularmente difíciles de analizar. Aproximarse con cautela a la selección de opciones de comida sostenibles, puede ofrecer enfoques prácticos casi en cualquier presupuesto.
6Consume menos carne
En los últimos años, hay muchas recomendaciones para una dieta baja en carne para ayudar a reducir el impacto ambiental. Aunque las carnes y aves proporcionan nutrientes esenciales para el cuerpo humano, también son ricas en nutrientes que provocan enfermedades cardiovasculares y contribuyen a la contaminación atmosférica. El consumo excesivo de carne también contribuye a los cambios climáticos, ya que los animales producen cantidades significativas de dióxido de carbono.
Las recomendaciones para una dieta baja en carne generalmente implican aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal como legumbres, frutos secos y verduras. Estos alimentos a menudo, son más fáciles de producir de forma sostenible y eficiente en término de recursos, que los productos animales. Los alimentos vegetarianos también se pueden preparar de muchas formas saludables para el corazón, aportando proteínas y carbohidratos por igual, con abundantes antioxidantes, grasas insaturadas y fitonutrientes.