En la actualidad, la infancia se ha convertido en una etapa de mucha mayor sensibilidad para los problemas de salud mental, y los profesionales que se especializan en el tratamiento de este tipo de patologías han comenzado a prestar más atención a este campo. Esta tendencia indica que desde una edad temprana el bienestar emocional de los pequeños puede ser mejorado para prevenir sufrimientos a futuro.
En este sentido, los cuidados de los padres y otros factores influenciables pueden tener un impacto importante, pero la práctica de ejercicio se erige como una herramienta efectiva para desarrollar de forma saludable esta área.
5Conclusiones
Es evidente que la práctica del deporte ofrece numerosos beneficios para el desarrollo emocional en los niños, como lo son mejorar la higiene del sueño, controlar los trastornos derivados de la ansiedad, el estrés o la depresión, mejorar la autoestima y el orgullo entre otros. Esto se consigue gracias al sentimiento de competencia saludable, a la disciplina, la dedicación y la confianza en los demás y la temperatura abierta para intentar superarse.
La labor de todos los involucrados es crucial para lograr optimizar este proceso de crecimiento madurativo. Los padres deben procurar a sus hijos toda la orientación y el apoyo necesarios para que su compromiso con el deporte sea lo más gratificante y productivo posible, sin olvidar que el descanso y la delicadeza también son áreas importantes a considerar.
Finalmente, se destaca nuevamente la importancia de lograr que los niños comprendan el valor de la salud mental y el impacto que tendrá en su vida. La relación entre la disciplina deportiva y la maduración emocional es un camino por el cual los niños pueden encontrar mejores herramientas para superar sus problemas, alcanzar la excelencia personal y, en última instancia, pasar a ser adultos más estables, seguros y saludables.
