El colectivo de promotores europeos de energía solar siente en la nuca el aliento de las medidas proteccionistas que podrían aumentar sus gastos. SolarPower Europe, organización que agrupa a los productores, compradores e instaladores del ramo, ha advertido de las consecuencias de imponer aranceles a las importaciones de componentes, afirmando que perjudicaría gravemente la capacidad de instalación de energías limpias en el continente.
Sin mencionar específicamente a China, el gran coloso de las energías renovables, la patronal fotovoltaica europea aduce que cualquier medida que ponga trabas al comercio sería perjudicial: «La historia nos ha enseñado que investigar e implementar barreras al libre comercio de productos de energía solar resulta en una pérdida para Europa», ha manifestado la organización mediante un comunicado.
SolarPower reacciona así a la iniciativa de la UE de estudiar disposiciones más restrictivas respecto a la importación de productos y componentes del sector renovable.
SALVAGUARDAR LA INDUSTRIA SOLAR EUROPEA
La Comisión Europea inició este mes una investigación que podría desembocar en la imposición de aranceles para escudar a los fabricantes locales de vehículos eléctricos frente a la brutal competencia de los productores chinos, que colocan en el mercado coches más baratos. Mientras tanto, Alemania está estudiando opciones que incluyen protecciones comerciales para proteger a los fabricantes locales de energía solar de la caída de los precios mundiales, según un documento gubernamental al que tuvo acceso la agencia de información Reuters.
Los registros de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) dicen que, en lo referente a equipamiento para instalaciones solares, China fabrica más del 98% de las obleas, el 85% de las células y el 75% de los módulos. En otras palabras, las cadenas de suministro global son suyas, con un 80% del total; y Europa no es, desde luego, una excepción: los datos de la Comisión registran que el ‘Gran Dragón’ suministra nueve de cada diez lingotes y obleas fotovoltaicos instalados en la UE.
Entre los fabricantes europeos de componentes fotovoltaicos es un clamor la «inundación» de módulos fotovoltaicos chinos en el mercado europeo, que se venden a precios por debajo de los costes de fabricación y que les obliga a reducir los suyos.
«En lugar de sancionar a toda la industria a través de tasas, debemos incentivar las instalaciones solares que se originan en la resistente producción solar europea»
Gunter Erfurt, director de SolarPower Europe
Las medidas que la Gobernanza de la Unión Europea (UE) y los países miembros están considerando responden a un intento de proteger al sector de fabricación de energías limpias en Europa de la deflación del mercado, provocada por la depredación comercial del país asiático. De este modo, se lograría reducir la dependencia de China en los productos necesarios para un objetivo clave como es la transición energética.
Los promotores, sin embargo, ven con malos ojos esta intromisión política en el libre comercio, de la que no esperan ningún efecto positivo. «Las tasas no son una buena respuesta a los desafíos actuales en la industria; hay instrumentos mejores y, especialmente, más rápidos para el desarrollo de la producción solar europea», dice Gunter Erfurt, director de SolarPower Europe.
FINANCIAR LO EUROPEO, NO RESTRINGIR LO CHINO
«En lugar de sancionar a toda la industria a través de tarifas, debemos incentivar las instalaciones solares que se originan en la resistente industria europea» -continúa- «De esta manera, el despliegue de la energía solar puede continuar sin perturbaciones, mientras que la fabricación solar europea puede crecer de forma constante».
En el comunicado, SolarPower apunta tres medidas fundamentales para mejorar la competitividad de la fabricación solar en el continente: adaptar el marco de ayudas estatales de la UE para permitir a los Estados miembros sufragar los costes de funcionamiento de las fábricas; permitir subastas de resiliencia específicas dentro de los estados miembros en en el marco de una normativa net zero; y, por último, crear un instrumento de financiación a escala de la UE dedicado a la energía fotovoltaica producida en Europa, como un banco de fabricación solar.
Aristotelis Chantavas, presidente de la organización, también menciona la necesidad de un enfoque más proactivo y menos restrictivo: «Instamos a los líderes de la UE a que elaboren y apliquen una estrategia industrial para este tipo de energía, tan clara y ambiciosa como el IRA estadounidense» -referencia- «Hay medidas equilibradas y eficaces listas para ser implementadas».
La industria teme que las medidas proteccionistas contra la primacía de los productos fotovoltaicos chinos cause una repetición del período 2013-2018, cuando las instalaciones de energía solar de Europa se desplomaron
Chantavas se refiere a la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), normativa aprobada el pasado año en Estados Unidos con el objetivo de controlar el déficit y el descontrol de precios, además de promover la generación de energía limplia. La IRA establecía una financiación sin precedentes para la lucha contra el cambio climático, con 369.000 millones de dólares (aproximadamente 350.000 millones de euros) para este fin.
La industria europea teme que la restricción de los suministros chinos cause una repetición del período 2013-2018, cuando las instalaciones de energía solar de Europa se desplomaron coincidiendo con los límites de la UE a las importaciones libres de aranceles de paneles y células solares chinas.
En 2022, la UE instaló un récord de 40 gigavatios (GW) de capacidad de energía solar.