Esta semana hemos sabido que ChatGPT de OpenAI en unos quince días va a ser capaz de oír, de ver y de hablar a sus usuarios, eso sí, los de las cuentas Plus y Enterprise. La compañía también ha anunciado que el chatbot puede «navegar» la internet actual, para ofrecer información actual y de fuentes autorizadas de la mano de Bing de Microsoft. hasta ahora estaba limitado a los resultados de la red anteriores a septiembre de 2021.
ChatGPT podrá ofrecer la información completa y los enlaces directos a las fuentes, que por el momento ya pueden disfrutar los usuarios Plus y Enterprise. Las tres habilidades (oír, ver y hablar llegarán también para estos suscriptores premium mediante una actualización importante, que permitirá al chatbot viral tener conversaciones de voz con las personas e interactuar usando imágenes, con lo que se igualará con asistentes de inteligencia artificial (IA) tan populares como Siri de Apple.
CHATGPT NO HA CUMPLIDO UN AÑO
Desde su debut el año pasado, ChatGPT ha sido adoptado por empresas para una amplia gama de tareas, desde resumir documentos hasta escribir códigos informáticos, lo que ha desencadenado una carrera entre las grandes empresas tecnológicas para lanzar sus propias ofertas basadas en IA generativa. La nueva función de voz de ChatGPT también puede narrar cuentos antes de dormir, resolver debates en la mesa y pronunciar en voz alta las entradas de texto de los usuarios.
La función de voz «abre las puertas a muchas aplicaciones creativas y centradas en la accesibilidad», según anunció la tecnológica en una reciente publicación de su blog. Servicios de IA similares como Siri o Alexa de Amazon están integrados con los dispositivos que ejecutan y a menudo se usan para configurar alarmas y recordatorios, y entregar información a través de Internet. Spotify utiliza este tipo de tecnología para que los podcasters de la plataforma traduzcan su contenido en diferentes idiomas, dijo OpenAI.
esta tecnología comporta retos y riesgos para los que los marcos jurídicos vigentes no pueden dar una respuesta adecuada a su totalidad
Con soporte de imágenes, los usuarios pueden tomar fotografías de las cosas que los rodean y relacionados con el trabajo. Google Lens de Alphabet es actualmente la opción popular para obtener información sobre imágenes. Las nuevas funciones de ChatGPT se lanzarán para los suscriptores de sus planes Plus y Enterprise durante las próximas dos semanas. Se trata de una aproximación más de la IA generativa (GenAI) actual hacia una «IA interactiva», en una evolución natural que parece será la tendencia en los próximos meses, según los expertos consultado por MERCA2.
El abogado especialista en derecho tecnológico de ADEQUA, José Manuel Muñoz Vela, entiende que esta IA «conforma un conjunto de tecnologías de alto impacto, y con un potencial disruptivo y transformador gigante, y más, ante su interacción con otras tecnologías. Su valor es incuestionable pero también comporta retos y riesgos para los que los marcos jurídicos vigentes no pueden dar una respuesta adecuada a su totalidad«. Este especialista insiste en la necesidad de una regulación «sustantiva proactiva y reactiva específica, así como la revisión y adecuación de los marcos vigentes, como la propiedad intelectual».
Las leyes deben estar muy atentas y «combinar el denominado hard y soft law, integrar la ética, mantener el equilibrio entre innovación, competitividad, accesibilidad, seguridad, confianza y derechos fundamentales, así como ser adaptativa, dúctil, evolutiva… Y todo ésto no es nada fácil», y constituye un desafío para los legisladores actuales, tanto en Europa como en EE.UU y China, que son los que han tomado la iniciativa regulatoria.
RETOS QUE CHATGPT PLANTEA
Las nuevas capacidades del exitoso chatbot plantean nuevos retos tanto para la industria tecnológica, que anda revolucionada con el desarrollo de IA que pueda plantarle cara (Bard o Meta AI) y frente a lo que recoge la legislación que se prepara en la UE, que va más adelantada que en EE.UU.
Para el analista de la consultora IDC Fernando Maldonado, estas novedades del producto de OpenAI, «no son algo disruptivo en términos competitivos, porque la mayoría de los competidores ya están desarrollando modelos multimodales. Ya el pasado mes de mayo, Google lanzó Google MUN y a principios de este julio Meta anunciaba CM3leon. El propio Altman declaró hace meses que los modelos «mono modales» (sólo texto) se estaban agotando y que el futuro pasaba por combinar todas las fuentes (voz, texto, imágenes)», nos recuerda.
Altman declaró hace meses que los modelos «mono modales» (sólo texto) se estaban agotando y que el futuro pasaba por combinar todas las fuentes (voz, texto, imágenes)
Entre los retos jurídicos, Muñoz Vela destaca «el ámbito de la propiedad intelectual, entre otros, en relación con los datos y contenidos de entrada (inputs) para el diseño, desarrollo, entrenamiento y funcionamiento de estos sistemas, en relación con los resultados generados por los mismos (outputs) y su protección», dependiendo de si ha existido intervención humana o no relevante, así como respecto de la propia protección de las instrucciones o prompts y los contenidos que los acompañen, según nos explica.
Las nuevas capacidades de ChatGPT plantean plantean retos y riesgos ya identificados como los relacionados con los datos y contenidos de entrada (inputs), y no sólo en su entrenamiento, sino en su diseño, desarrollo o en su propio funcionamiento, «que pueden estar protegidos por distintos marcos reguladores (normativas de protección de datos, propiedad intelectual, propiedad industrial, secretos empresariales o infraestructuras críticas, entre otros) y cuya utilización puede vulnerar los derechos de sus titulares» explica Muñoz Vela, sino que además de ofrecer resultados a las consultas «pueden utilizarse para entrenar sus algoritmos«, afirma.
LA ÉTICA DE LAS IA GENERATIVAS
Muñoz Vela también pone el foco sobre las implicaciones éticas, porque actualmente, la herramienta está siendo utilizada para generar «outputs en forma de nuevas creaciones inspiradas en la personalidad, estilo e impronta de determinados autores (fotografías, obras literarias, litografías o canciones) que confundir respecto de su autoría, y vulnerar en ocasiones derechos de terceros», y aclara que un ejemplo fue la nueva canción creada con el estilo y voces de Drake y The Weeknd. Estas prácticas, cuanto menos, «son éticamente inaceptables y no susceptibles de amparo bajo excepciones legales a los derechos de autor como el pastiche. También esta IA se está utilizando para crear y comercializar obras falsas«.
Maldonado tranquiliza sobre las cuestiones éticas con las nuevas capacidades de Chat GPT, «porque son las mismas que arrastran los modelos de IA ya conocidos. Sin embargo, se están produciendo avances interesantes en este terreno. Por ejemplo, algunas aproximaciones utilizan un modelo de IA para «enseñar» a la otra IA aspectos éticos o morales. Esta es la aproximación de Anthropic», la compañía formada por dos ex ingenieros de OpenAI, que acaba de recibir una inversión de 4 mil millones por parte de Amazon.
«ha surgido un halo de temor alrededor de la IA, propiciado por titulares o manifestaciones públicas de los responsables de la propia industria, que no carece de fundamento»
El desarrollo de la IA quizá no llegue aún a la distopía, pero está desbocado. Como analista, Maldonado reconoce que «se avanza a una velocidad de vértigo sin entender bien las consecuencias. Necesitamos dedicar más recursos a evitar usos nocivos, inadecuados o malintencionados«. Para Muñoz Vela tanto ChatGPT como el resto de desarrollos similares no están exactamente desbocados, pero «la velocidad con la que se está desplegando y usando evidencia su potencial, y también sus retos y riesgos. Ha supuesto una revolución en estos últimos 9 meses en todos los sectores, especialmente ante su puesta a disposición de toda la sociedad, y no tanto por la innovaciones tecnológicas», razona.
Advierte además que, en paralelo, ha surgido un halo de temor alrededor de esta tecnología, propiciado por «algunos titulares o manifestaciones públicas de los responsables de la propia industria, que no carece de fundamento», e insta a que seamos conscientes «de sus riesgos, identificarlos y gestionarlos adecuadamente», porque «el principal problema no es la tecnología, sino el uso que se haga de la misma, sin perder de vista las capacidades de las que pueda estar dotada, su autonomía, restricciones y contexto de uso, porque ahora ya vamos más allá de la GenAI, vamos hacia una IA interactiva«.
EL RETO DE LEGISLAR LA IA
La Propuesta de Reglamento IA de la UE (AI Act), actualmente en tramitación, incorporó en su último borrador una regulación mínima de estos sistemas de IA con un nuevo artículo 28 b (Obligaciones del proveedor de un modelo básico o «modelo fundacional»). En su apartado 4º establece para la generación de «contenido complejo como textos, imágenes, audios o videos», que se debe identificar el contenido como generado por IA, integrar garantías contra la generación de contenidos ilegales, y documentar y poner a disposición del público un resumen, suficientemente detallado, del uso para entrenamiento de los ‘datos’ protegidos por la legislación de derechos de autor.
No obstante, es China el país que se ha adelantado a nivel mundial en la regulación de la IA generativa, a través de sus Medidas Provisionales para la Gestión de los Servicios de Inteligencia Artificial Generativa, que han entrado en vigor el pasado 15 de agosto de 2023. Ni la regulación de la UE ni la China contemplan los nuevos sistemas multimodales, es decir, todas las nuevas capacidades que se hacabande anunciar para ChatGPT.
Por el momento, las costuras que rompa ChatGPT en el terreno de los derechos, serán leyes como el RGPD o LOPDGDD en España la que regule las cuestiones de privacidad, la Ley de Secretos Empresariales la confidencialidad, y la Ley de Propiedad Intelectual la que se encargue de los derechos de autor que se vulneren con esta tecnología.