El calor extremo nos afecta de muchas maneras. En el contexto del creciente debate sobre el cambio climático y sus impactos, un tema de creciente preocupación es el efecto del calor extremo en la salud humana. Más allá de los efectos conocidos en el sistema cardiovascular y la regulación térmica del cuerpo, los científicos están dirigiendo su atención hacia el órgano más complejo del cuerpo humano: el cerebro.
5Ya es una amenaza a la salud
El calor extremo no solo es una amenaza física, sino que también plantea un riesgo significativo para la función cerebral. A medida que el cambio climático continúa intensificándose, comprender y abordar estos efectos en el cerebro se vuelve fundamental. La investigación en este campo está arrojando luz sobre la complejidad de la interacción entre el clima y la salud mental, y subraya la necesidad urgente de acciones en múltiples niveles para combatir los efectos perniciosos del calor extremo en nuestra mente y nuestro cuerpo.
Un agotamiento del cerebro es una consecuencia que se suma a la lista de impactos del calor extremo en nuestro organismo. Más allá de ser simplemente una cuestión de incomodidad física, el calor representa un ataque directo a lo que podría llamarse nuestra «reserva cognitiva», tal como lo indica Virginia Chang, autora principal de una investigación relevante en este campo.