Cuando paseamos por las calles de Madrid, a menudo desconocemos lo que yace debajo de nuestros pies, a varios metros bajo tierra. En ese mundo subterráneo, se desvela una versión distinta de la ciudad, un laberinto de pasajes, cámaras, refugios túneles, galerías, prisiones y otros misterios ocultos bajo Madrid.
6UN TÚNEL PARA PEPE BOTELLA
En el año 1811, el Rey José Bonaparte, también conocido como «Pepe Botella» por los madrileños, eligió el Palacio de los Vargas como su residencia debido a las mejores condiciones de seguridad que ofrecía al encontrarse alejado del centro de la ciudad, en la Casa de Campo.
Consciente de que era impopular entre sus súbditos, José Bonaparte deseaba encontrar una forma de desplazarse desde su residencia hasta el Palacio Real sin tener que transitar por la superficie. Por ello, encargó al arquitecto Juan de Villanueva la construcción de un pasadizo subterráneo lo suficientemente ancho como para permitir el paso de un coche de caballos. Trágicamente, durante la construcción del túnel, el arquitecto perdió la vida. Se dice que este pasadizo fue utilizado más tarde por Alfonso XIII para abandonar el Palacio Real cuando se proclamó la Segunda República, marcando así su partida al exilio. El Ayuntamiento de Madrid y Patrimonio Nacional acordaron llevar a cabo trabajos de restauración y rehabilitación en este histórico pasadizo.