lunes, 25 noviembre 2024

La Ley de chips ya garantiza la inversión y el suministro en Europa

El mercado de los semiconductores ya puede empezar a crecer y afianzarse en España y el resto de Europa. La Ley de chips de la Unión Europea (UE), que ha entrado en vigor el pasado jueves, contiene un listado de medidas encaminadas a reforzar la resistencia de la cadena de suministro estos elementos electrónicos en el territorio de los 27. Con esta normativa se quiere conseguir duplicar la actual cuota de mercado a nivel mundial y llegar al 20% en 2030. Para ello, Bruselas va a invertir 3.600 millones de dólares para tratar de atraer 43.700 millones más de inversión privada al territorio comunitario.

Parte de esa inversión serán los 1.000 millones de euros que la compañía estadounidense Broadcom, productora de microchips, realizará en España, tal y como anunció el pasado mes de julio, cuando explicó que construiría una instalación de gran escala de sustratos «back-end«, que va a ser única en Europa.

Y es que tal y como explica la UE, existe una necesidad imperiosa de actuar a escala del conjunto de los países miembros porque los chips «son activos estratégicos para cadenas de valor industriales fundamentales», tal y como se ha podido constatar durante los años de la pandemia de COVID-19, en los que la distribución de estos elementos se vio ralentizada e, incluso, parada debido a la situación provocada por la enfermedad mundial.

La escasez de semiconductores supuso el parón productivo y de ventas de millones de productos de consumo, desde coches hasta lavadoras o móviles, que no funcionan sin uno de estos chips.

Los chips son imprescindibles para el funcionamiento de cualquier producción industrial, dispositivo o electrodoméstico, y principalmente se producen en China. La escasez de semiconductores supuso el parón productivo y de ventas de millones de productos de consumo, desde coches hasta lavadoras o móviles, que no funcionan sin uno de estos chips.

Del billón de microchips que se fabricaron en todo el mundo en el año 2020, tan solo el 10% se producen en los países de la UE. Es una cuota de mercado que no cubre en absoluto las necesidad del producción de la economía comunitaria, precisamente cuando la transformación digital que se produce con la cuarta revolución industrial, la tecnológica, desbocada por tecnologías como la IA, la robótica, la IoT, los coches automatizados, la nube, los superordenadores, la defensa o la misma conectividad, agrandan cada día el mercado de la industria de los chips.

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Los semiconductores son esenciales en la producción en dispositivos de telefonía y la conexión a internet.

LAS TRES INTENCIONES DE LA LEY

La ley se divide en tres líneas de actuación. La primera tiene que ver con la iniciativa Chips for Europe, un plan que tiene que ver con el diseño y la ingeniería, y que busca acortar distancias entre la investigación y la innovación, para favorecer que las empresas europeas incorporen tecnologías avanzadas.

La segunda intención de la normativa es movilizar el esfuerzo común para atraer la inversión en el territorio de los 27, designar con celeridad nuevos centros de excelencia y no dilatar en absoluto los trámites administrativos para la concesión de permisos de instalación de aquellos fabricantes pioneros que quieran venir a producir semiconductores en Europa.

lA LEY EVITARÁ dilatar los trámites administrativos para la concesión de permisos de instalación de fabricantes pioneros

La Ley también prevé generar un mecanismo de coordinación entre los Estados miembros y el ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, para poder estimar la demanda, prever la posible escasez y activar una intervención de crisis como la que se dió a partir de 2020, si se vuelve a dar el caso. Cualquier interrupción de la cadena de suministro de chips que se produzca será conocido por Bruselas de inmediato a través del sistema de alerta de chips que se creó a partir del 18 de abril de 2023.

Para poner todas estas medidas en marcha, la UE está repartiendo 3.600 millones de dólares, que salen de sus propios fondos, de manera que pone la alfombra roja a los 43.700 millones de inversión privada que entre todos necesitamos atraer. El Consejo y el Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo sobre el proyecto final de esta Ley hace ahora cinco meses.

BLINDAR EL MERCADO DE CHIPS

Según ha declarado el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, al anunciar la entrada en vigor de la norma, «con la que Europa da un paso decisivo en la determinación de su propio destino. La inversión ya se está produciendo, junto con una considerable financiación pública y un sólido marco regulador».

También afirmó que con esta legislación, y con la inversión que se terminará realizando, «Nos estamos convirtiendo en una potencia industrial en los mercados del futuro, capaz de abastecerse a sí misma y al ecosistema de semiconductores maduros y avanzados. Se trata de componentes esenciales de las tecnologías que darán forma a nuestro futuro, nuestra industria y nuestra base de defensa».

Se trata de componentes esenciales de las tecnologías que darán forma a nuestro futuro, nuestra industria y nuestra base de defensa

Las escasez de chips en la pandemia puso en jaque al mundo entero y por esa razón también los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido, China, Taiwán, Corea del Sur y Japón anunciaron planes similares al establecido por Europa.

El presidente de EE.UU, Joe Biden, ha elevado la tensión de su guerra comercial con China el mes pasado, al firmar una orden ejecutiva que restringirá más si cabe la inversión estadounidense en industrias tecnológicas sensibles en el gigante asiático. Este frenazo afecta a la microelectrónica y los semiconductores, a las tecnologías cuánticas y a sistemas concretos de la Inteligencia Artificial.


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