Los deepfakes forman ya parte de nuestra realidad digital y en los últimos años los hemos visto en contextos muy diferentes: desde su uso en vídeos comerciales y la inclusión de actores fallecidos en películas, hasta su utilización en propósitos menos éticos, como la difusión de mensajes falsos atribuidos a figuras públicas o la edición de material pornográfico.
8LA ERA DE LA DESINFORMACIÓN
Los deepfakes pueden utilizarse para crear contenido falso que se hace pasar por real, lo que puede llevar a la propagación de desinformación y manipulación de la opinión pública. Esto tiene graves implicaciones en el ámbito político y social. A medida que se vuelven más convincentes, puede resultar más difícil discernir lo que es real y lo que no, lo que complica la verificación de la autenticidad de los medios.