Los deepfakes forman ya parte de nuestra realidad digital y en los últimos años los hemos visto en contextos muy diferentes: desde su uso en vídeos comerciales y la inclusión de actores fallecidos en películas, hasta su utilización en propósitos menos éticos, como la difusión de mensajes falsos atribuidos a figuras públicas o la edición de material pornográfico.
6EL DEEPFAKE EN EL PORNO
Personalidades de diversos ámbitos, como la política, el cine, el deporte y la música, se han convertido en blancos de creadores de contenido pornográfico deepfake. Los avances en inteligencia artificial permiten que cualquier rostro pueda ser superpuesto en el cuerpo de un actor en escenas sexuales, creando la ilusión de que la persona famosa está participando en estos actos. Este avance tecnológico, aunque impresionante, resulta perturbador y puede ser devastador para las personas víctimas.
Esta problemática no se limita a celebridades; cualquier individuo puede ser vulnerable a este tipo de delito de violencia digital, conocido como pornovenganza. Esto subraya la importancia de abordar no solo las implicaciones éticas y tecnológicas de los deepfakes, sino también la necesidad de proteger la privacidad y la integridad de las personas en un mundo digital cada vez más complejo.