Los deepfakes forman ya parte de nuestra realidad digital y en los últimos años los hemos visto en contextos muy diferentes: desde su uso en vídeos comerciales y la inclusión de actores fallecidos en películas, hasta su utilización en propósitos menos éticos, como la difusión de mensajes falsos atribuidos a figuras públicas o la edición de material pornográfico.
5USOS MALICIOSOS DE LOS DEEPFAKES
El problema es que los deepfakes también se están empleando con intenciones sumamente maliciosas. Adversarios estatales o individuos con motivaciones políticas podrían divulgar vídeos falsificados de funcionarios electos u otras figuras públicas haciendo declaraciones provocativas o comportándose de manera inapropiada. Estas acciones podrían tener como consecuencia la erosión de la confianza pública, un impacto negativo en el discurso público e incluso la influencia en un proceso electoral, lo que es motivo de preocupación según advierten las autoras.