Un reciente informe de Thijs Geijer y Wouter Thierie, de ING explica que los expertos esperan una recuperación del sector agrícola y alimentario español en 2024 ante la crisis por la inflación y el mal tiempo.
En resumen, los economistas explican que la producción manufacturera española de alimentos se ha visto bajo presión este año por unas malas condiciones meteorológicas que han reducido la oferta y un repunte en los precios que ha reducido la demanda.
Sin embargo, la combinación de una inflación a la baja y un aumento de los salarios elevará las rentas disponibles y proporcionará una oportunidad de recuperar algo de suelo en 2024.
El sector agrícola se ha visto impactado por unas condiciones meteorológicas extremas
El sector agrícola es menos cíclico que otros como el turismo o la construcción, pero no es inmune a la ralentización económica actual y la creciente inflación. También se ha visto impactado por unas condiciones meteorológicas extremas que han afectado las cosechas de varios productos.
EL SECTOR AGRÍCOLA ES MENOS CÍCLICO QUE OTROS COMO EL TURISMO O LA CONSTRUCCIÓN
El impacto en el sector de los alimentos procesados ha sido significativo, desde julio los niveles de producción bajaban un 2,5% desde el año previo, debido a una menor demanda local e internacional.
Eso sí, el gasto de los consumidores en alimentos y bebidas ha impactado a toda Europa, aunque en España los volúmenes de ventas minoristas han repuntado desde la primavera, en parte gracias a un fuerte flujo de turistas.
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Si bien esperan que el sector alimentario español se contraiga, vemos tendencias divergentes entre subsectores. La producción de aceites vegetales, productos frescos y grano se ha reducido de forma más acentuada al sufrir la meteorología. La industria de procesado de pescado se ha visto afectada por fuertes subidas de precios de la energía y los costes operativos, mientras que los precios reducen las ventas.
Por el otro lado, la producción de otros subsectores (carne, pastelería, bebidas, diarios) ha mostrado mucha más resiliencia. Los productos básicos son normalmente menos sensibles a los precios que otros productos de alimentación.
LOS PRECIOS SE MODERAN
A pesar de todos estos retos, hay señales positivas en el horizonte, explican, como puede ser la caída de los precios de los alimentos en Europa -aunque el ritmo difiere por países. España podría ir un poco por detrás. Un mayor número de productores locales planea subir precios si se compara con sus homólogos franceses o alemanes.
Por el lado de la demanda, el consumo privado fue el principal motor de la economía española en el segundo trimestre debido a una combinación de menores precios y subidas salariales. Si bien pensamos que el consumo seguirá haciendo una contribución positiva al crecimiento, esperamos condiciones financieras más complicadas y dinámicas de un mercado laboral más débil que reduzcan el consumo la segunda mitad del año.
l consumo privado fue el principal motor de la economía española en el segundo trimestre
En 2023, cuando los vientos de cara desde estos factores bajen y los salarios nominales suban otra vez más rápido que la inflación, el consumo podría repuntar más. Para España, esperamos un crecimiento salarial del 4% en 2023, seguido por otro 3% en 2024, ambos por encima de la inflación.
El sector agrícola español afronta varios retos económicos, incluyendo elevados costes de producción, meteorología adversa, menos capacidad de compra desde los consumidores y la subida de los tipos de interés. De esa manera, esperamos que la producción en el sector se contraiga un 1,5-2% este año. Ante el enfriamiento de las presiones inflacionarias, el crecimiento de los salarios y el techo en los tipos de interés, el sector podrá ganar terreno el año que viene.
Un descenso en el sector agrícola también pesará en la economía española
Por supuesto, un descenso en el sector agrícola también pesará en la economía española, pues el sector es un gran contribuidor al PIB. Si miramos la agregación de la producción en agricultura, pescados, alimentos y bebidas suponen en total del 7%. Puesto que esperamos un crecimiento del 2,2% para la economía española este año y del 1,1% el año que viene, el sector agrícola español hará una contribución negativa al PIB español este año.
EL CAMBIO CLIMÁTICO Y EL RETO
Aunque las presiones inflacionistas permanecen elevadas y seguirán elevadas para el resto del año, se normalizarán gradualmente. El mayor reto para el sector agrícola español es el impacto del cambio climático. Los modelos de cambios meteorológicos son permanentes y continuarán exigiendo acciones adicionales desde los productores de alimentos y los políticos.
Hay una clara urgencia para que se invierta en medidas que ayuden a optimizar el agua en la cadena de producción, mientras que para el sector ganadero son necesarias medidas que ayuden a reducir el estrés de los animales. Subir en la cadena de producción y diversificar las fuentes son estrategias adicionales para conseguir la adaptación a los riesgos relacionados con la meteorología y ajustarse a las necesidades de los clientes.
Hay una clara urgencia para que se invierta en medidas que ayuden a optimizar el agua en la cadena de producción
Por último, los economistas de ING explican que la actual caída de la producción agrícola española está siendo compensada en parte por mayores importaciones de productos como tomates y naranjas desde otros países, tales como Marruecos y Egipto, lo que demuestra que esa diversificación ya se está produciendo.