Ubicado en la ciudad de Segovia, en el noroeste de la península ibérica, el Acueducto de Segovia, construido por los ingenieros romanos durante el siglo I d.c., resulta uno de los principales símbolos de la región. El acueducto ha sido testigo del paso del tiempo que, a pesar de los siglos transcurridos, aún se mantiene en perfecto estado, siendo un monumento excepcional, una muestra de la antigua ingeniería romana que aún hoy en día sigue ejerciendo su magia sobre los visitantes.
Situado a tan solo 50 km de Madrid, el acueducto de Segovia expone una nostalgia imperial caracterizada por los decorativos arcos y las sólidas piedras de sillería con las que fue construido, los cuales se encuentran en equilibrio de forma tal que soportan el peso entre sí, manteniéndose por el amor de la majestuosa grandeza de los ingenieros romanos. Esta maravilla de la construcción, de fraguado artístico, es una de las principales atracciones turísticas de España, consolidándose como símbolo de identidad y orgullo de la comunidad.
2Construcción
Durante la construcción del Acueducto de Segovia se emplearon materiales como el granito o la piedra caliza, los cuales fueron tallados para poder unir la estructura en tres dimensiones. De esta forma se lograba la perfección estructural necesaria para que el acueducto soportara el peso de la carga de agua. Estos materiales son parte de los responsables de la resistencia mecánica del acueducto, el cual, aún se mantiene en perfecto estado, a pesar del paso de los siglos.
Otra de las facetas irrefrenables del acueducto es la ornamentación de la misma, mediante una talla en las piedra que representa elementos zoográficos y botánicos entre otros. Esta decoración hace que resulte aún más atractiva, ya que se ha implementado como parte del paisaje de la ciudad, dejando así atestiguado la maravillosa majestuosidad del caudal perdurando a través del tiempo.