La bronquitis de verano es una enfermedad respiratoria aguda que se caracteriza por la aparición de síntomas, como flemas, tos, inflamación de la mucosa de las vías respiratorias y falta de aire. Esta afección se observa con mayor frecuencia durante los meses de calor, lo que la diferencia de su contraparte de invierno.
En esta publicación, el lector se informará acerca de qué es la bronquitis de verano, cómo se diagnostica, qué síntomas presenta, cuáles son los tratamientos más frecuentes, cuál es su evolución y cuáles son las principales recomendaciones para prevenir la enfermedad.
Índice
¿Qué es la bronquitis de verano?
La bronquitis de verano se trata de una infección respiratoria que afecta a los pacientes durante los meses más cálidos. Su causa principal es la inhalación de aire caliente y seco, que lo hace susceptible a la, inflamación de las vías respiratorias, principalmente en los bronquios. Esta patología afecta principalmente a los adultos y las personas mayores. Por regla general, es una enfermedad leve, sin embargo, en casos más graves y en las personas más vulnerables, la bronquitis de verano puede causar complicaciones graves.
Los principales agentes responsables de la bronquitis de verano son los virus respiratorios, en particular los virus del resfriado común, el valencia y la influenza. El pronóstico de la enfermedad es generalmente bueno, sin embargo, un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado son hay claves para acelerar la recuperación.
Cómo sé diagnóstica
El diagnóstico de la bronquitis de verano se basa fundamentalmente en la identificación de los síntomas específicos de la enfermedad y en la descripción de los síntomas por parte del paciente. El médico puede usar también la radiografía de tórax para detectar si existen cambios en los pulmones y examinar si hay inflamación de los bronquios.
Además, el médico puede recomendar la realización de, una prueba de esputo para descartar la presencia de flora bacteriana o la realización de una prueba de sangre para determinar el nivel de glóbulos blancos y descartar la infección bacteriana. Una vez establecido el diagnóstico, el tratamiento se adaptará a los síntomas y necesidades del paciente.
Los síntomas
Los principales síntomas de la bronquitis de verano son generalmente los mismos que los de la bronquitis común causada por virus, sin embargo, pueden presentar algunas diferencias en su intensidad.
Los más frecuentes son dificultad para respirar y para tragar, dolor en el pecho, tos seca con producción escasa de esputo, falta de aire y fatiga. Los síntomas también pueden incluir sequedad de la nariz, cosquilleo de garganta, enrojecimiento de los ojos, dolor de cabeza y dolor muscular.
En casos severos, la bronquitis de verano puede presentarse con sonidos agudos al respirar (sibilancias), falta de aire y dispnea. En los niños, es habitual ver aparición de somnolencia, palidez, sudoración y presión arterial baja. La exacerbación de los síntomas depende de la edad, el estado de salud y el nivel de actividad del paciente.
Tratamientos más frecuentes
El tratamiento de la bronquitis de verano se basa principalmente en el alivio de los síntomas. Para iniciar el tratamiento, el médico puede recomendar lo siguiente:
- Descanso adecuado.
- Tomar medicamentos antiinflamatorios para aliviar la inflamación de los bronquios.
- Uso de broncodilatadores para mejorar el flujo de aire en los pulmones.
- Evitar la exposición a factores desencadenantes, como el humo de tabaco, la contaminación del aire o los animales.
Además, el médico puede recomendar tomar un expectorante para ayudar a deshacerse del esputo o el uso de inhaladores para facilitar la respiración. En casos más graves, el médico puede recetar un tratamiento con antibióticos para combatir la infección.
Evolución de la enfermedad
En casos leves, los síntomas de la bronquitis de verano desaparecen dentro de uno o dos días a partir de la aplicación del tratamiento. Sin embargo, es importante que el paciente siga las recomendaciones del médico para asegurar la recuperación total. En casos más graves, los síntomas pueden atenuarse luego de tres o cuatro días de tratamiento y desaparecer completamente luego de una o dos semanas.
Sin embargo, la evolución depende de la rigurosidad del tratamiento y del cuidado del paciente, por lo que es fundamental que el paciente se mantenga bien hidratado, descanse lo suficiente y respete los horarios de administración de los medicamentos para garantizar una recuperación total.
Recomendaciones para prevenir la bronquitis de verano
Una buena forma de prevenir la bronquitis de verano es evitar la exposición a los factores desencadenantes, como el humo de tabaco, la contaminación del aire, el polvo, los animales o los alérgenos.
Por otra parte, es aconsejable que las personas se alimenten bien y practiquen ejercicio regular para potenciar el sistema inmunológico. La práctica de ejercicios físicos también ayuda a mejorar la capacidad pulmonar y a prevenir la aparición de síntomas.
Otra buena forma de prevenir la bronquitis de verano es mantener la ventilación precisa. En este sentido, se recomienda abrir ventanas y puertas para permitir que el aire fresco circule en el ambiente, lo que ayuda a reducir la temperatura y la humedad del aire.
Por último, hay que asegurarse de vacunarse contra la influenza y los virus respiratorios. Por lo general, estos se administran entre los meses de octubre y febrero, antes de que el calor empiece a afectar la zona.
Conclusión
Esta afección se observa con mayor frecuencia durante los meses de calor, lo que la diferencia de su contraparte de invierno. En conclusión, la bronquitis de verano es una enfermedad respiratoria aguda que principalmente afecta a los adultos y las personas mayores. Su diagnóstico se basa principalmente en la identificación de los síntomas específicos de la enfermedad, como dificultad respiratoria, dolor en el pecho, tos seca, somnolencia, palidez y sudoración.
El tratamiento de la bronquitis de verano se basa fundamentalmente en el alivio de los síntomas y su evolución depende del cuidado del paciente. Para prevenir la bronquitis de verano se recomienda evitar la exposición a los factores desencadenantes, alimentarse bien, practicar ejercicio y vacunarse contra la influenza.