Aunque el envejecimiento es un proceso natural e inevitable, podemos adoptar medidas para retrasar sus efectos y minimizar su visibilidad. Esto se logra al enfocarnos en tres pilares fundamentales: el ejercicio físico, la alimentación adecuada y un estilo de vida saludable. Estos aspectos nos permiten mitigar los signos del envejecimiento. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que ciertos hábitos y factores pueden acelerar dicho proceso. Se ha demostrado que la falta de cuidado personal y el exceso de estrés pueden contribuir a un envejecimiento prematuro más pronunciado de lo que se piensa.
6PRUEBAS EN 444 PERSONAS
Con el fin de desentrañar esta incógnita, se recolectaron muestras de sangre de 444 individuos con edades comprendidas entre los 19 y los 50 años. Estas muestras se utilizaron para analizar los cambios químicos en el ADN asociados con el envejecimiento, utilizando el GrimAge (un reloj epigenético diseñado para medir dichos cambios), así como otros marcadores de salud relevantes. Además, se administraron cuestionarios a los participantes para evaluar sus niveles de estrés ante eventos negativos, es decir, su capacidad para enfrentar y adaptarse a situaciones adversas.