Aunque el envejecimiento es un proceso natural e inevitable, podemos adoptar medidas para retrasar sus efectos y minimizar su visibilidad. Esto se logra al enfocarnos en tres pilares fundamentales: el ejercicio físico, la alimentación adecuada y un estilo de vida saludable. Estos aspectos nos permiten mitigar los signos del envejecimiento. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que ciertos hábitos y factores pueden acelerar dicho proceso. Se ha demostrado que la falta de cuidado personal y el exceso de estrés pueden contribuir a un envejecimiento prematuro más pronunciado de lo que se piensa.
5EL ESTUDIO DE YALE
Motivados por las graves repercusiones del estrés en el organismo, el grupo de investigadores de la Universidad de Yale emprendió un estudio para examinar si este también acelera el proceso de envejecimiento en una población joven y saludable. El objetivo principal era comprender en qué medida el estrés puede acelerar los cambios químicos que ocurren en el ADN a lo largo de la vida, los cuales desencadenan el envejecimiento de órganos como las arterias, el cerebro, el páncreas y otros.