Averigua qué estación de Metro de Madrid crece sobre un cementerio

Ocho estaciones y cuatro kilómetros. Así era la primera línea de Metro de Madrid, inaugurada el 17 de octubre de 1919 entre las paradas de Cuatro Caminos y Sol. Más de cien años después, el suburbano llega a un total de doce municipios de Madrid en los que más de 657 millones de viajeros de nuestra región tiene una boca de Metro a unos metros de su hogar.

Con más de 300 estaciones y unos 250 kilómetros de extensión, Metro de Madrid es la tercera red europea en número de kilómetros, solo por detrás de Londres y Moscú. Entre todas sus líneas hay una que destaca por sus curiosas historias y leyendas. Se trata de Tirso de Molina, la cual supuso toda una sorpresa para los trabajadores que comenzaron a construirla en el año 1919.

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Los fantasmas y leyendas del Metro Tirso de Molina

Desde entonces y todavía, debido a la sombría historia de no saber qué hacer con los restos mortales y volver a ocultarlos tras los azulejos, han surgido toda una serie de leyendas en torno a numerosos fantasmas que se pasean entre nosotros cuando pasamos por Tirso de Molina.

Sin duda la leyenda más famosa sobre estos espíritus que recorren los vagones de Metro es la que cuenta la historia de una joven que una noche montó en el último tren que pasó por la estación.

La historia reza que en dicho vagón, junto a la joven, sólo viajan tres pasajeros: una anciana (que no paraba de mirarla fijamente) y dos hombres. La joven comenzó a inquietarse cuando, al llegar a la siguiente parada, subió un hombre que se sentó junto a ella y le susurró las siguientes palabras: “No te muevas, no hables, no le mires a la cara y bájate conmigo en la siguiente parada”.

La joven, profundamente aterrorizada, hizo caso del consejo del hombre. Cuando al fin bajaron, éste le dijo que era médium, que la mujer del vagón que la miraba sin pestañear estaba muerta y que los dos hombres que la acompañaban la estaban sujetando.

Esta leyenda fue propagándose boca a boca hasta el día de hoy, aumentando cada vez más los testimonios de viajeros que aseguraban haber visto a la anciana difunta y a los dos hombres que la acompañaban.

Desde entonces tampoco son pocas las historias de usuarios de Metro que afirman haber visto fantasmas deambulando por los vagones que pasan por Tirso de Molina. Estación en la que, desde su inauguración, se cuenta además que pueden escucharse los gritos de los monjes del Convento de la Merced allí enterrados llegada la medianoche. Gritos de las almas en pena que se quejan de que perturbamos su descanso.

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Raquel Sanchez
Raquel Sanchez
Periodista y redactora especializada en cine y televisión.