Google se ha decidido por los videojuegos, y prueba una tecnología disruptiva que va a permitir jugar directamente en su plataforma de vídeo YouTube, o de las aplicaciones de iOS y Android. Esta función se está probando ya en la plataforma desde este mismo 5 de septiembre, la tecnología que la sostiene se llama Playables, y trata de fusionar la experiencia de ver vídeos con la posibilidad de jugar en ellos de manera interactiva en la mism sin salir de la plataforma.
Por el momento lo han probado con minijuegos muy simples como Stack Bounce o Crick breaker, de Arcade y está por ver si se atreverán con los juegos llamados triple A, desarrollados por grandes compañías de la industria y de notable éxito entre los gamers, justo lo que trató de hacer el buscador de los colores con su plataforma Stadia, que tras fracasar, terminó cerrada el pasado mes de enero.
Por el momento lo han probado con minijuegos muy simples de Arcade, y está por ver si se atreverán con los juegos llamados triple A
De nuevo, la todopoderosa Alphabet, Inc, empresa que aglutina todos los productos del buscador, se la juega para innovar y quedarse con un mercado que su tecnología o genera como nuevo, o cambia el existente de manera radical. Los planes de Playables pueden incluir una mejora de la plataforma de vídeos, que la convierta en interactiva y cambie de nuevo tanto el contenido como la manera de jugar ante una pantalla.
La pasada semana se anunció también la colaboración entre Nintendo y Google para crear un visor de VR (Realidad Virtual). No es la primera intentona para introducir la realidad virtual en los videojuegos, pero si se une la tecnología de «paneles MicroLED de alta resolución rentables y energéticamente eficientes» de Raxium, la empresa adquirida por la multinacional de Silicon Valley, con el prototipo VR de Nintendo podrían estar planteándose implementar estas pantallas en la Switch 2, o quién sabe si en la plataforma de juegos a través de YouTube.
No obstante, tanto para las multinacionales japonesas, Nintendo o Sony, con su Play Station, como para la XBox de Microsoft, la posibilidad de jugar desde la plataforma de Google y sin necesidad de consola aparte, pago de juegos y descargas costosas puede ser una amenaza. Es posible que el mercado de los videojuegos cambie totalmente en el futuro si la tecnología Playables llega a triunfar.
No es la única amenaza, porque además de YouTube, las plataformas de streaming de vídeo como Netflix también ha anunciado que está interesada por diversificar contenidos con los videojuegos, y TikTok parece que va por el mismo camino. Los videojuegos tienen un componente adictivo que ofrecen la posibilidad de monetizar tanto desde elpunto de vista del tiempo que los usuarios pasan en la plataforma que los incorpora, como el resto de ganancias que su uso garantiza, en publicidad, en extras, en merchandising o en suscripciones.
GOOGLE, PERDEDOR EN LA CARRERA DE LA IA
Google cumple ahora 25 años en los que ha cambiado el mundo con cada adquisición de una nueva tecnología. Compró Youtube, Android, Double Click, que se convirtió en Google Ads, la máquina de hacer dinero con la publicidad, Looker, que es una de las bases de Google Cloud, la fabricante taiwanesa de smartphones HTC, que ahora es Google Pixel, o la aplicación Waze que se convirtió en Google Maps, entre otras muchas empresas.
Google cumple ahora 25 años en los que ha cambiado el mundo con cada adquisición de una nueva tecnología
La multinacional de los colores del parchís quiere seguir haciéndose con negocios novedosos en el mundo de la tecnología y prueba a dar un gran mordisco al mundillo de los videojuegos, tras haber perdido el tren más sorprendente y exitoso del último año, el de la IA generativa, porque no ha llegado a tiempo de desarrollar Bard, su propia IA generativa.
Ha sido Microsoft quien se llevó el gato al agua en esta ocasión. En enero de este año invirtió 9.350 millones de euros en Open AI, la compañía dueña de ChatGPT que ha tenido un enorme éxito a lo largo y ancho del mundo, y se ha ganado el calificativo de «asesino de Google». Bard, en cambio, todavía está en fase de desarrollo. La plataforma ofrece estos días a sus usuarios de mayor confianza, como por ejemplo sus Local Guides, la posibilidad de usarlo «como un colaborador creativo y útil con el que puedes aumentar tu productividad, acelerar tus ideas y dar rienda suelta a tu curiosidad».
Los responsables de Bard quieren ver cómo se usará y entrenarlo para superar las capacidades de las IAs que le hacen ya competencia. Google pone ejemplos a sus conejillos de indias con sugerencias como pedir a Bard «haz una lista de actividades originales para hacer en Nueva York en septiembre para celebrar 20 años de casados»o bien «dame consejos para hacer fotos increíbles». Hay que tener en cuenta su ventaja frente a ChatGPT; Bard coge las respuestas de internet, por lo que va a poder responder con información actualizada, y se le está entrenando para poder medir y ponderar su objetividad y neutralidad.
Esta nueva IA generativa está basada en el modelo de lenguaje LaMDA (Language Models for Dialog Application o Modelos de lenguaje para aplicaciones de diálogo), no analiza palabras por separado, sino con junto de datos que son diálogos, y se está entrenando para crear conversaciones con final abierto y adaptarse a ellas. Ya está disponible en más 40 idiomas, como el alemán, el árabe, el chino (simplificado y tradicional), el español, el hindi y más, y se ha ampliado a los 27 países de la UE y Brasil.
