Apple ha claudicado ante la UE y su nuevo modelo que presenta este jueves se venderá en Europa con el puerto de carga universal USB tipo C, lo que permitirá cargar los smartphones con cualquier cargador de otro dispositivo. Pero como a la compañía americana, la más valiosa del mundo, no le gustan las imposiciones, ha decidido reírse de las normas europeas, que no apuntaron ninguna indicación sobre el cable de carga. El que acompañará a nuevo dispositivo no va a cargar tan rápido como lo hacían los utilizados con su conector lightning de anteriores modelos. Si los europeos queremos cargar rápido nuestro nuevo móvil de la manzana, tendremos que comprarnos su cable certificado.
La compañía venderá el IPhone 15 con cable USB 2.0 con 20V y 3A, que aporta una velocidad de trasferencia más lenta de lo que se esperaba para un modelo de alta gama y prestaciones, que va a llegar a costar hasta 2.000 dólares, casi 1.900 euros al cambio, en su modelo más avanzado. La transferencia de de datos del cable que acompaña al nuevo modelo será de 480 megabits por segundo (Mbps), notablemente más lenta que los gigabits a los que los usuarios de Apple están ya acostumbrados.
venderá el IPhone 15 con cable USB 2.0 con 20V y 3A, que aporta una velocidad de trasferencia más lenta de lo que se esperaba para un modelo de alta gama
No es el caso de las baterías extraíbles que la UE también quiere que sean norma para la compañía estadounidense, en busca de mayores posibilidades de reemplazo y reparación, y para luchar contra una obsolescencia programada que molesta y mucho a los usuarios europeos. Apple insiste en que volver a las baterías extraibles afectaría a la durabilidad y seguridad de sus productos y también a su belleza. Además, perdería valorable resistencia al agua IP68 de los IPhone, cuando sus responsables entienden que si tras los tres años que suele durar una batería a pleno rendimiento es necesario cambiarla, bastará con una visita a una Apple Store para solucionar el problema.
Claro está, que esta es una de las grandes líneas de negocio de la tecnológica, y es por ahí por donde Europa quiere bajarle los humos. La empresa de Copérnico tiene en la UE más de 101 millones de usuarios y ganó 86.000 millones de euros en el continente. Y no está para perder clientes después del anuncio realizado por China, que prohíbe a todos los funcionarios y empleados públicos de todas las instituciones y empresas estatales del gigante asiático comprar y utilizar IPhone. Eso supone para la empresa californiana la pérdida de más de 80 millones de usuarios y unos 180.000 millones de euros de facturación.
APPLE AÚN NO PRODUCE SUS CHIPS
El otro revés para Apple ha sido la imposibilidad de sacar este nuevo modelo de smartphone con su propio chip 5G en su interior, que la empresa estaba tratando de desarrollar, pero al parecer no lo ha conseguido. La pista la ha dado la reciente renovación de su contrato con el fabricante de chips Qualcomm, que producirá los preciados componentes durante tres años más, y así garantiza el suministro.
La multinacional de la manzana mordida también ha llegado a un acuerdo para producir chips en EEUU con otra de las grandes fabricantes, Broadcom. La intención es generar empleo en suelo norteamericano, donde Apple ya crea directamente 2,7 millones de puestos de trabajo en todo el país. Así, también, se ríe de Asia, donde se realiza la mayor parte de su producción desde sus inicios.
Quizá este acuerdo incluya en el futuro la producción que se realizará en España. Aquí, tal y como anunció el pasado mes de julio Broadcom, se generarán al menos 500 puestos de trabajo porque va a instalar una fábrica de chips en el plazo de tres años, con una inversión de 920 millones de dólares. Un éxito de negociaciones y gestión que se apunta el Gobierno y el comisionado del PERTE Chip, Jaime Martorell.