Las ruinas romanas, bien conservadas, son un espectáculo y España tiene la suerte de ser un país rico en historia y patrimonio, y uno de los legados más impresionantes que ha perdurado a lo largo de los siglos son las ruinas romanas que salpican su territorio. Estas antiguas construcciones y monumentos nos transportan en el tiempo, recordándonos la grandeza del Imperio Romano y su influencia en la península ibérica.
En esta guía, exploraremos algunas de las mejores ruinas romanas que España tiene para ofrecer, revelando tesoros arqueológicos que capturan la esencia de una época pasada y nos permiten descubrir los vestigios de una civilización que dejó una huella indeleble en la historia de la península. Desde majestuosos anfiteatros hasta impresionantes acueductos, estas ruinas ofrecen una ventana al pasado romano de España que no querrás perderte.
2Baelo Claudia, las ruinas romanas de Cádiz
Baelo Claudia, ubicada en la provincia de Cádiz, cerca del Estrecho de Gibraltar en la playa de Bolonia, es un destacado sitio arqueológico que nos transporta a la Hispania romana. Fundada a finales del siglo II a.C. y en su apogeo durante el siglo I d.C., este lugar sorprende por su asombroso estado de conservación, ofreciendo una vívida visión de la vida en una ciudad romana de la época.
La ciudad se destacaba por su especialización en la producción de garum, una valiosa salsa de pescado elaborada con vísceras fermentadas, y la salazón de pescado. Su núcleo se centraba en el foro, rodeado de edificios clave como la basílica, utilizada como tribunal de justicia, la curia, sede del consejo municipal, y varios templos. Entre estos templos, los dedicados a Juno, Júpiter y Minerva eran notables, además de un templo para el culto egipcio de Isis, reflejando la diversidad religiosa de la ciudad.
Aunque las murallas de la ciudad sobreviven solo en partes, y la Puerta de la Carteia marca un punto de acceso, testimonian la organización y defensa de la ciudad, las termas, esenciales en la vida romana, presentan diversas salas, desde el «caldarium» hasta el «frigidarium», destinadas a la higiene, el ocio y la socialización. Por último, el mercado o «macellum», conservando las bases de las columnas, muestra el lugar donde tenían lugar las transacciones comerciales en la antigua ciudad.