Los quesos se caracterizan por tener su propia composición nutricional, que van cambiando en función del grado de su maduración o de los fabricantes. Siendo esta una de las razones para seleccionar lo que es más conveniente para la salud. Según el último informe de consumo alimenticio, se estima que las personas consumen 7,74 kg de queso al año. Y lo más comprado son el queso fresco, el semicurado y la variedad fundida.
Es un hábito diario de las personas en la alimentación diaria, por lo que muchos de los especialistas recomiendan consumirlo. Pero, debemos de tener en cuenta que los quesos presentan un perfil nutricional discordante. Estos son una gran fuente de proteínas, vitaminas A y D, fósforo o calcio, que aporta beneficio al cuerpo. Pero, por otro lado, es generoso en sodio, calorías y grasas saturadas, que son considerados un peligro nutricional.
2¿Los quesos generan intolerancia a la lactosa?
Una de las primeras cosas que debemos de estar atentos, es que cuanto más curado están los quesos, menor cantidad de lactosa estos presentan. Más bien, cuando estos sobrepasan los años de maduración pierden por completo la lactosa. Los quesos que son convenientes para las personas alérgicas a este disacárido son el gruyer, el emmental o el parmesano. Esto se debe ya que carecen de lactosa.
Por otra parte, el manchego, el brie o el camembert contienen grandes trazas, pero pueden ser consumidos por las personas que padecen una intolerancia leve. Deben de quedar excluidos los quesos tipo fresco, como el burgo, la mozzarella, la ricotta o el requesón. Ya que, muchos de estos contienen hasta 3 gramos de lactosa cada 100 gr consumidos.