Las vacaciones tienen muchas cosas positivas. Son un periodo imprescindible para recargar pilas, reducir el estrés, disfrutar de estímulos y experiencias nuevas y en definitiva, experimentar un mayor nivel de felicidad y bienestar. Sin embargo, esta felicidad es efímera y temporal, ya que suele desaparecer en cuanto regresamos a la rutina diaria. En algunos casos, incluso el desánimo puede ser tan intenso, que podemos sentir una pequeña depresión temporal.
Evidentemente, no vamos a renunciar a unas felices vacaciones para evitar esta caída del ánimo posvacacional. Lo que sí podemos hacer es aplicar algunas estrategias que pueden ayudar a mitigar esa sensación tan desagradable después haber pasado unas semanas haciendo exclusivamente las cosas que más nos gustan.
6REALIZAR ALGUNOS CAMBIOS EN LA RUTINA
Durante las vacaciones, es posible que disfrutaras de actividades que te apasionaban. ¿Por qué no intentar incorporarlas en tu vida cotidiana? Es probable que tu ciudad se haya vuelto tan familiar que ahora te parezca aburrida. ¿Qué te parece explorarla como si fueras un turista? La clave está en experimentar cosas nuevas.