La Asociación Española del Gas, (Sedigas), ha exigido al Gobierno un «plan ambicioso» que otorgue protagonismo a los gases renovables en el proceso de descarbonización de la Economía, para poder afrontarlo con garantías sin comprometer el suministro nacional y europeo. Abogan, entre otras medidas, por aumentar drásticamente el papel de recursos como el biometano en la producción eléctrica y respetar el rol del gas natural como hidrocarburo de transición.
Mediante un comunicado emitido el martes 5 de septiembre, la organización ha expresado los ejes principales en los que basa sus observaciones respecto al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) correspondiente al período 2023-2030.
«España debe aspirar a un mínimo de entre 35 y 47 teravatios hora de biometano en 2030»
Sedigas
En aras de responder de forma eficiente a los retos de la descarbonización y la seguridad de suministro nacionales y europeos, España debe, en primer lugar, revertir la «falta de ambición» en los objetivos que el PNIEC asigna al biometano, fijando la meta de producción energética basada en este elemento en un mínimo de entre 35 y 47 teravatios hora (TWh) para 2030.
El biometano, producido a partir de residuos o recursos naturales, evita las emisiones directas en origen y su desarrollo reporta beneficios relacionados con la gestión de residuos, el desarrollo rural, la economía circular y la seguridad del suministro» -expone- «Además, España cuenta con un potencial de producción de biometano suficiente para poder contribuir significativamente con los objetivos europeos de descarbonización y reducción de su dependencia energética del exterior.
Sacar al hidrógeno y al gas natural del ‘limbo’
Sedigas enfatiza la necesidad de una «mayor concreción» en el desarrollo del hidrógeno renovable en el borrador del PNIEC. El papel de esta fuente podría ser detallado, según la patronal gasística, «en la necesaria actualización de la Hoja de Ruta del Hidrógeno Renovable, para que contemple un escalado a 2040 y visión para 2050». Por ello, la asociación solicita «que se mantenga el objetivo de 11 GW de electrolizadores para 2030, en comparación con los 4 GW actuales».
Por otro lado, Sedigas destaca la importancia de no desincentivar el uso del gas natural en el corto plazo como vector de descarbonización, ya que «desplaza otros hidrocarburos más contaminantes».
«El gas natural, mientras se vayan incorporando los gases renovables, proporciona una solución inmediata y económicamente eficiente para avanzar hacia la consecución de los objetivos de descarbonización para 2050, a través de una tecnología madura, fiable y eficiente», sostiene en su comunicado.
«El gas natural, mientras se vayan incorporando los gases renovables, es una solución inmediata y eficiente para avanzar hacia la descarbonización»
Sedigas
También reserva la asociación en sus objeciones un lugar para los ciclos combinados, tecnología que combina una turbina de gas y una turbina de vapor de condensación para aumentar la eficiencia de las centrales eléctricas. Destaca el «valor estratégico» de esta técnica como pilar de la seguridad energética en un entorno de alta penetración renovable no gestionable, «dada su flexibilidad y eficiencia operativa».
«Sirva como ejemplo como durante los meses de junio, julio y agosto la aportación media de los ciclos combinados alcanzó el 21,4% del total de la generación nacional«, remarcan.
Por ello, defiende la patronal gasística, su inclusión en las previsiones del programa energético debe ir acompañada de especificaciones para el desarrollo de «mecanismos de mercado que permitan su viabilidad económica y, en caso de no ser ésta posible, se debe facilitar su libre salida del mercado». Asimismo, llama a la Administración a establecer un «sistema de remuneración» para las infraestructuras que implementen ciclos combinados.
Electricidad o gas: el dilema de la calefacción
Por último, aborda el equipamiento de los hogares refiriéndose a las bombas de calor eléctricas y a las calderas de gas, dos alternativas para la calefacción «con sus propias ventajas y desafíos» que obligan a considerar cuidadosamente todas las opciones disponibles y evaluar cuál se adapta mejor a las necesidades específicas de cada caso. En este sentido, «se debe reiterar la relevante aportación que pueden realizar las calderas ya preparadas para ser compatibles con el uso de biometano e hidrógeno renovable que podrían ser una elección valiosa para favorecer la descarbonización del sector de la edificación».