El precio de los combustibles tiene ramificaciones que alcanzan a todos. El carburante alimenta la actividad del sector agroalimentario, de los transportes, el desarrollo de las infraestructuras… La gasolina, el gasóleo y el diésel no sólo mueven los coches, sino la misma Economía; si se encarecen, la producción general también. Se trata prácticamente de un silogismo: si sube la gasolina, suben los precios, tendencia que agosto constató por enésima vez y que, a tenor de los expertos consultados por MERCA2, acaba de empezar.
EL IPC Y EL INE
La Inflación anual estimada del Índice de Precios al Consumo (IPC) del octavo mes del año fue del 2,6%, según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Los precios crecieron un 0,3% desde el 2,3% registrado en julio y un 0,7% respecto al 1,9% de junio, en una escalada veraniega a la que aún le dura el impulso. Y lo hacen de la mano de unos carburantes cuyo coste ha entrado en ‘macht 3’.
Según el último Boletín de Petróleo de la UE, el 28 de agosto la gasolina Euro-super 25 alcanzó los 1.721,04 euros por cada 1.000 litros frente a los 848.17 del 26 de junio, mientras que el gasoil había crecido hasta los 1.612,26 euros por cada 1.000 litros desde los 812.23 de dos meses antes. Subidas del 50,73% y el 49,63%, respectivamente. Pero ¿seguirá el incendio en el último tramo del año?
Para el economista y ex concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, Carlos Sánchez Mato, lo que estamos viviendo no es sino la chispa que hace humear la hierba seca. En declaraciones a MERCA2, avisa que el infierno adquisitivo está por llegar, y lo hará con una etiqueta familiar: «Estamos condenados a la crisis«, preconiza.
«El encarecimiento de los carburantes debe mucho a la actividad especulativa en torno a este recurso»
Carlos Sánchez Mato, ex concejal de Economía y Hacienda de Madrid
En opinión del experto, el repunte imparable de la gasolina y el gasoil tiene un trasfondo que va mucho más allá que la simple cotización del barril Brent. «La subida de precios le debe mucho a los procesos especulativos derivados de las apuestas de los mercados» -expone- «En España, se ha producido un incremento bestial de los márgenes de beneficios del sector del refino».
La combinación de todos estos factores, explica, influye negativamente en la Economía, y tampoco confía en el papel de la gobernanza económica: «Los bancos centrales [como la fed y el BCE] siguen una política de subida de tipos de interés, que, sumada al precio de los carburantes, conduce inequívocamente a la recesión y a la destrucción de empleo».
CARBURANTES MÁS CAROS, IGUAL A ELECTRIFICACIÓN
Los vaticinios de Rafael Pampillón, también interpelado por MERCA2, son menos ominosos, pero igualmente onerosos. Este catedrático de Economía aplicada en la Universidad CEU-San Pablo considera que el precio de los carburantes continuará subiendo hasta implosionar: «La subida del coste, combinada con la apuesta por la electrificación y el transporte público, acabará con la demanda».
Pampillón extrae una lectura positiva de la coyuntura: «Desincentiva el uso del coche», celebra el experto, que abomina de ayudas públicas como el descuento de 10 céntimos por litro de combustible consumido -«paguitas a la gasolina»- dice.
EL PASADO JUNIO LA OPEP PRORROGÓ LA REDUCCIÓN EN LA PRODUCCIÓN DEL CRUDO QUE ENTRA A LOS MERCADOS
Mientras llega la utopía energética, su análisis sobre los motivos tras la carestía se centra, en primer lugar, en la subida del petróleo, que en dos meses ha pasado de rondar los 79 euros a los 90. «Ha habido una reducción de bombeo por parte de Rusia y de Arabia Saudita» -desgrana- «Además, Estados Unidos también ha reducido la oferta por las políticas verdes de Biden». Todos estos componentes geopolíticos «Desincentivan la actividad de las plataformas petrolíferas oceánicas», dice.
Al por otra parte habitual encarecimiento veraniego, el estío de 2023 ha sumado el recorte en el suministro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que ha movido sus piezas en el tablero para revertir la pérdida de valor del recurso que controlan. Este organismo, con las petromonarquías de Oriente Medio a la cabeza, prorrogó el pasado junio la reducción en la producción de crudo. Un factor que influye decisivamente en la factura del combustible que llega a nuestros coches, pero que en modo alguno es el único, algo en lo que coincide con el ex concejal.
LA VISIÓN DE PAMPILLÓN
En este sentido, Pampillón, considera que existe un error conceptual a la hora de evaluar el mercado y sus vaivenes. «Además del mercado de petróleo, está el mercado de la gasolina y el gasoil; son cosas diferentes”, explica el profesor, que remarca que las refinerías españolas a las que se refiere su homólogo Mato “no fijan los precios».
Dentro del mercado de los hidrocarburos, augura un mejor futuro a las gasolineras familiares alejadas de las grandes distribuidoras: «Podrán jugar más con los precios, porque tienen menos gastos».