La cantidad de agua que una persona necesita puede variar según diferentes factores, como la edad, el nivel de actividad física, el clima y la salud en general. La recomendación general de beber cuando se tenga sed es una guía útil para la mayoría de las personas. El cuerpo humano tiene mecanismos reguladores para indicar cuándo es necesario hidratarse, y la sed es uno de esos mecanismos. Consumir un exceso de agua puede tener efectos negativos y, en situaciones extremas, dar lugar a la hiponatremia, una disminución de los niveles de sodio en la sangre. No obstante, la ingesta de tres litros de agua está considerablemente lejos de ser una cantidad perjudicial, que se considera a partir de los 20 litros diarios en una persona en buen estado de salud.
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La hidratación adecuada puede mejorar la salud de la piel, ayudando a mantenerla flexible, suave y con un aspecto saludable. Mantener la piel bien hidratada, por dentro y por fuera, es esencial para su salud general. Una barrera cutánea hidratada es menos propensa a la sequedad y la irritación, lo que puede contribuir a la prevención del acné. Una piel seca y deshidratada puede ser más propensa a la producción excesiva de sebo como mecanismo de defensa, lo que podría obstruir los poros y dar lugar a la formación de acné.