viernes, 13 diciembre 2024

Si quieres disfrutar de las vacaciones con 0 estrés, sigue estas sencillas recomendaciones

Las vacaciones suponen ese breve período de descanso y desconexión, en el que nos olvidamos del trabajo y las obligaciones diarias para dar paso a la tranquilidad y el ocio. Un remanso de paz para refugiarnos del caos y las prisas cotidianas.

Sin embargo, las vacaciones también son la ocasión perfecta para hacer todo aquello que tenemos pendiente y que el trabajo no nos permite durante el resto del año. A veces se convierten en un motivo de presión para aprovechar el tiempo al máximo y nos olvidamos del fin último: descansar.

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¿Por qué me estresan las vacaciones?

Antes de pasar a explicar algunos consejos para evitar el estrés en vacaciones, es importante analizar las causas de este malestar. No es ninguna menudencia, dado que cada vez son más los que sienten ansiedad ante la “imposición” de vivir unas vacaciones trepidantes.

Puede que hayas oído hablar del término ‘depresión postvacacional’ en referencia al período de tristeza y desánimo que experimentamos cada vez que dejamos las vacaciones atrás y regresamos a la rutina. Pero no podemos olvidar otro concepto algo más desconocido pero igualmente importante, el de ‘depresión vacacional’.

¿Qué significan estas palabras? La ‘depresión vacacional’ consiste en un estado caracterizado por la tristeza, la ansiedad, los nervios y la angustia ante el cambio de rutina ligado a las vacaciones. Aparece ante la dificultad para adaptarnos a los cambios y, por lo general, esconde otros problemas más profundos.

Las causas pueden ser muchas. Una de las más comunes es el conflicto interno que podemos experimentar al dejar nuestro trabajo “desatendido”. Esto ocurre especialmente en aquellas personas de altos cargos que se encuentran al frente de un equipo. También es común en casos de perfeccionismo y, en el lado más extremo, de problemas de adicción al trabajo.

Las vacaciones también pueden generar estrés por motivos económicos, ya que implican un gasto importante, a veces incluso inesperado. Por otro lado, hay a quien le cuesta salir de la rutina y presenta un gran estrés ante los cambios que implica el período vacacional: salir de casa por unos días, conocer nuevos sitios, modificar los horarios… Abandonar la zona de confort no siempre es fácil.

Asimismo, en vacaciones pasamos más tiempo con la familia y/o la pareja. Esto conlleva un fuerte estrés si la relación con las personas de nuestro entorno no es buena. De igual forma encontramos la tensión que implica planificar determinados viajes y planes.

Todo ello compone el caldo de cultivo perfecto para generar síntomas como cefaleas, insomnio, fatiga, tristeza e incluso dolores musculares y problemas digestivos.

Raquel Sanchez
Raquel Sanchez
Periodista y redactora especializada en cine y televisión.

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