EiDF ha perdido más de 1.500 millones de euros desde el levantamiento de la suspensión de cotización. La compañía ha llegado a desplomarse más de un 90% en Bolsa desde el pasado lunes, y ha protagonizado una nueva caída, del 3,69%, hasta cerrar en los 3,76 euros por título en la jornada de este miércoles.
A pesar del lógico rebote tras dos sesiones de castigo, con la guillotina del mercado a pleno rendimiento, las turbulencias se han vuelto a imponer en un mercado sediento de venganza tras cuatro meses sin operaciones. Las caídas continúan muy presentes en EiDF ante la amenaza de una suspensión de pagos en caso de no poder hacer frente a los próximos pagarés que vencen entre este mismo mes de septiembre y noviembre.
Con la sombra de una tormenta en ciernes, los especuladores se han hecho fuertes en el valor y lo mueven ahora a su antojo. Hasta la propia empresa controlada por Fernando Romero ha realizado movimientos, según los registros de operaciones del BME Growth. Ejemplo de esta especulación, son las fuertes caídas del 14% nada más iniciarse la cotización, para seguir con subidas del 20%. No obstante, la alegría dura poco y han vuelto los descensos minutos más tarde, hasta cerrar con una exigua subida de apenas el 2%, hasta los 3,98 euros por título.
SOLO UNO DE LOS SEIS CONSEJEROS DE EIDF COMPRA
De los seis consejeros de EiDF, exceptuando a Fernando Romero y Mercedes Rey, que ha cesado del cargo de consejera delegada, tan sólo Bruno Díaz, propietario de Sigma Energy Consulting Corporation, ha realizado una operación de compra por valor de 178.600 euros en acciones de la compañía. La operación, según los registros de BME Growth, se tuvo que realizar el pasado lunes, aunque se ha comunicado dos días después. En concreto, el empresario canario ha adquirido 20.000 títulos de la compañía renovable a 8,93 euros por acción.
El empresario canario ha perdido con esta operación el 57% de la inversión desde entonces. La misma compra de títulos se realizó a mercado, con la primera caída del valor del pasado lunes. En este sentido, Bruno Díaz amortiguó el desplome hasta el 50%, pero las operaciones aún no casaban y los inversores tenían más títulos en venta de los que pudo comprar.
Cabe señalar que Romero removió cielo y tierra el pasado fin de semana para presionar a los inversores y evitar la caída del precio de las acciones. Desde entonces, el máximo dirigente de EiDF ha perdido 1.000 millones de euros, mientras la empresa trata ahora de luchar contra una posible suspensión de pagos.
LA SUSPENSIÓN DE PAGOS EN EIDF, PASO PREVIO AL CONCURSO DE ACREEDORES
«La suspensión de pagos podría venir más pronto que tarde», según apuntan diversas fuentes del mercado a este medio. «La desconfianza es máxima y ante esta actitud del equipo gestor parece muy difícil obtener la financiación necesaria para reducir la presión de la tesorería», han destacado. En caso de activarse este escenario, EiDF podría tener dos caminos a seguir: el concurso voluntario de acreedores o bien un concurso forzado por alguno de los acreedores, que obligaría a vender activos. No obstante, las mismas fuentes insisten en que el valor de EiDF sería «nulo». «El precio de las acciones no sólo podrían caer a céntimos, sino a cero», han advertido.
El precio de las acciones NO SÓLO podrían caer a céntimos, sino a cero en EiDF
Esta subida momentánea no significa ni mucho menos que los problemas hayan parado en EiDF. De hecho, el forensic de Deloitte deja a la compañía fotovoltaica en una situación muy delicada tras la reformulación de las cuentas por las serias advertencias sobre su negocio. En primer lugar, la firma dirigida por Fernando Romero, considerado por numerosas fuentes consultadas como el ‘hombre de paja’ de su hermano Óscar Antonio, verdadero gestor de EiDF y quien se presentaba a inversores como el jefe de la firma antes de la salida a Bolsa, tiene una deuda de 173 millones de euros, prácticamente su valoración bursátil a cierre de este martes.
La compañía no tendría liquidez alguna ni tampoco un respaldo de inversores ni fondos para poder refinanciar el pasivo. «No hay movimientos en su deuda cotizada», según apuntan fuentes conocedoras del mercado a este medio. «No hay interés alguno para entrar en ningún valor vinculado a EiDF», ahondan.
LA DEUDA DE EIDF ALCANZA EL 75% DE SU CAPITALIZACIÓN
La firma tiene a deber 61 millones de euros a Banco Santander, CaixaBank, BBVA y Banco Sabadell. Cabe señalar que BBVA ha salido del valor este pasado martes, mientras que aún debe 10,7 millones a Sinia, el fondo de Banco Sabadell dedicado a la inversión en energía renovable. Además, con Trea se adeudan otros 20 millones.
Asimismo, los proveedores e instaladores de EiDF se niegan a alargar los plazos para cobrar los pagarés. El propio Fernando Romero les pidió alargar los plazos de 90 a 180 días, pero se han negado en rotundo a aceptar el acuerdo sin condiciones. Las fuentes consultadas señalan que se ha exigido a EiDF un aval bancario a cambio de prorrogar la vigencia de la deuda. «Sin confirming no hay pacto alguno», destacan. De esta forma, la desconfianza en EiDF y sus gestores es total. Y este es un serio problema.
EiDF se enfrenta ahora a una nueva hora de la verdad. La compañía tiene que hacer frente al pago de 20,4 millones de euros entre septiembre y noviembre de este mismo año. El próximo vencimiento tiene lugar el 15 de septiembre, con el pago de 8,1 millones de euros; mientras que el 11 de octubre debe abonar otros nueve millones. El último pagaré se refiere a un importe de 3,3 millones de euros, que expira el 14 de noviembre, según los datos del Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF).
46 OBRAS EN LA DIANA PARA LOS INVERSORES DE EIDF
Según destacó la CNMV, EiDF se anotó como ingresos los trabajos en determinados parques fotovoltaicos sin la correspondiente autorización de obras. «De aceptarse esta incidencia, implicaría que EiDF estaría facturando por un hito que no estaría íntegramente completado, al no disponer de la licencia de obra, por lo que no habría completado la fase de desarrollo de la obra y no se podría dar por iniciada la fase de ejecución». Al menos en seis plantas de este tipo se ha dado este caso.
En otras 24 obras también hay problemas por las diferencias entre los costes registrados en la contabilidad y el grado de avance real. Esta incidencia tiene lugar cuando el coste de la obra no se corresponde con el grado de desarrollo de la misma, provocando así un desajuste en los ingresos reales, mientras EiDF incluyó en la facturación ingresos futuros. «Los costes registrados carecen de razonabilidad económica y operativa», destacó el forensic.
LOS INVERSORES ESPECULATIVOS, EN ESCENA
Los problemas en otras 16 obras se derivaron por la imputación del importe de las reservas en el grado de avance de la obra, mientras en nueve obras se ha registrado un incumplimiento contractual, como no terminar a tiempo o no pagar en forma.
Los inversores en BME Growth invierten en compañías no sólo por sus números y balances, sino también por el equipo gestor. La durísima acusación de la CNMV contra Fernando Romero al presentar documentos falsos al mercado han sido la guinda del pastel.
El máximo dirigente de EiDF junto a su hermano Óscar Antonio alcanzaron un pacto para evitar un juicio por extorsión y secuestro, mientras existe una ristra de acciones judiciales contra ellos por presuntos delitos de estafa, demandas que no llegaron a nada por defectos de forma y por no concretar exactamente los hechos, según los documentos que obran en poder de este medio.
Los Romero tenían la intención de llevar EiDF al Mercado Continuo, un salto que hubiera tenido una fuerte repercusión para los inversores minoristas. De hecho, la excusa de la cúpula para argumentar el cambio de auditor a finales del pasado año, Crowe por PwC, fue precisamente fichar a los «mejores» auditores. No obstante, la ‘big four’ realizó su trabajo y destapó diversas irregularidades.