Los atascos en carretera se originan cuando la cantidad de automóviles en circulación supera la capacidad de la vía. Esta capacidad se estima en alrededor de 2.000 vehículos por hora para un carril de autopista y 1.500 para carreteras convencionales. Las congestiones de tráfico provocan un elevado nivel de tensión emocional en los conductores. El acto repetido de acelerar y frenar exige una atención constante para evaluar en todo momento la distancia respecto a otros vehículos. En estas circunstancias no podemos conducir de forma automática como solemos hacer durante la mayoría del tiempo; al contrario, tenemos que hacerlo de forma muy consciente y con la máxima concentración, y esto hace que el agotamiento aumente.
5CÓMO ACTUAR EN UNA CARRETERA CONGESTIONADA
Es fundamental evitar cambios de carril injustificados. Al incorporarse al tráfico desde otra vía, es esencial respetar la regla de la «cremallera»: cada automóvil permite la incorporación al primer vehículo que se encuentra en la fila. Este comportamiento predecible contribuye a mantener la fluidez, ya que las disputas por adelantarse y ganar algunos metros resultan en frenos innecesarios y retrasan el fin de la congestión. En la fila de incorporación, es importante no intentar entrar a la vía principal antes que los vehículos que se encuentran adelante. Este tipo de conducta obliga a múltiples vehículos a frenar, complicando aún más la situación.