Los lagos y lagunas son destinos bastante habituales entre quienes buscan disfrutar de un respiro refrescante en mitad de la naturaleza. En España, contamos con un montón de lagos varían en tamaño y forma, algunos de ellos incluso son auténticas piscinas naturales debido a la claridad de sus aguas. Sin embargo, lo que hace verdaderamente especial a ciertos lagos es su particularidad en cuanto a color. En su mayoría, las aguas presentan tonalidades cristalinas, verdosas o marrones, influidas por diversos factores, incluyendo la presencia de algas, materia orgánica y vida acuática.
5CHARCO AMARILLO DE LEÓN
En la cuenca minera de León, hubo durante años una compañía minera de carbón de hulla que se fundó en 1893 y estuvo activa hasta 2019. Tras su cierre, pasó algo muy similar a lo ocurrido con las antiguas minas de wolframio en Galicia. Las aguas pluviales comenzaron a formar charcos que, al mezclarse con los residuos minerales, adquirieron un característico color, en este caso de un intenso amarillo.
Curiosamente, este color no proviene del carbón de hulla, el tipo de carbón extraído en la explotación, sino de la pirita presente en el mineral. La pirita, compuesta de azufre y hierro, se oxida al entrar en contacto con el agua y el oxígeno al quedar expuesta al ambiente, transformándose en ácido sulfúrico y en hierro férrico y ferroso. Por supuesto, el agua en estos charcos tampoco es segura para el baño, ya que puede ocasionar erupciones cutáneas y otros problemas de salud debido a su composición.