En verano es difícil resistirse a la tentación de un vaso refrescante de agua con hielo, especialmente cuando buscamos un alivio en esos días de calor intenso. Aunque los refrescos y las bebidas alcohólicas puedan parecer atractivos, los profesionales médicos siempre aconsejan optar por el agua como la mejor opción para mantenernos hidratados. Sin embargo, también debemos tener presente que, incluso en el caso de la bebida más natural que existe, se deben tener en cuenta ciertos consejos y precauciones para un consumo adecuado y saludable.
5OTROS INCONVENIENTES
Por supuesto, consumir agua muy fría, tampoco es un hábito nada recomendado para aquellas personas con dientes o encías sensibles, dado que la baja temperatura del agua puede desencadenar o agravar la sensibilidad dental.
Además, hay otros aspectos significativos a considerar. En primer lugar, la ingestión de agua fría podría resultar en irritación de la garganta y otros problemas respiratorios. A diferencia de las soluciones calientes como caldos, que contribuyen a descongestionar las vías respiratorias, el agua fría puede espesar la mucosa nasal. Por otro lado, el líquido frío tiene el potencial de influir en la frecuencia cardíaca, ya que el corazón tiende a disminuir su ritmo cuando la temperatura del cuerpo no está en su nivel habitual.
