Afortunadamente, la concienciación por el bienestar animal crece día a día, por lo que cada vez son más aquellos que rechazan el uso de pieles, los festejos taurinos y la existencia de zoos. En el caso de la equitación, se trata de un tema muy complejo, pues aunque es socialmente aceptada no deja de estar en el punto de mira de los expertos en salud equina.
Según advierten numerosos veterinarios, los caballos destinados a la equitación pueden sufrir importantes lesiones irreversibles en su cuerpo como consecuencia de cargar con el peso de los jinetes. De ahí que las asociaciones ecologistas apoyen iniciativas como la que encontramos en Finlandia, que ha sustituido a estos animales por sus versiones de plástico o madera.
2Un éxito que se extiende a otros países
De cualquier forma, esta nueva disciplina está ganando, poco a poco, miles de seguidores. Este último campeonato, cuyas imágenes están dando la vuelta al mundo, ha conseguido reunir a más de 10.000 participantes en la ciudad finlandesa de Seinäjoki.
Muchos se burlan de este nuevo deporte, pero lo cierto es que está sumando adeptos en todo el mundo. Su éxito está llegando a tal punto en que están comenzando a surgir grandes patrocinadores y anunciantes enfocados a esta disciplina. Desde luego, la equitación tradicional mueve mucho dinero, pero esta versión vegana tampoco parece que vaya a quedarse atrás en este sentido.
Es más, durante los últimos años esta práctica deportiva ha adquirido una mayor profesionalidad. Actualmente se asigna nombres, géneros y razas a los caballos ficticios, lo que algunos consideran ridículo, mientras que otros lo ven como una diversión añadida a la actividad.
Este extraño deporte ha sorprendido a gran parte del público, pero también la ha conquistado. De ahí que la llamada equitación vegana haya traspasado las fronteras de Finlandia y haya llegado a países como Suecia, Rusia y Países Bajos. El mismísimo príncipe William de Gran Bretaña se ha sentido cautivado por ella, pues el Ministerio de Relaciones Exteriores de Finlandia ha recibido una solicitud para fabricar caballitos de madera para sus hijos, George y Charlotte.
Lo cierto es que esta peculiar forma de realizar equitación resulta sorprendente y está dando mucho que hablar. Todo parece indicar que en los próximos años continuará cogiendo fuerza y quién sabe si acabará por convertirse en un deporte de masas.