El corte de digestión es un tema que ha generado muchas creencias y mitos en torno a los peligros de bañarse después de comer. A menudo, hemos escuchado advertencias sobre la necesidad de esperar un tiempo determinado antes de sumergirnos en el agua después de una comida. Sin embargo, ¿cuánto hay de verdad en estas afirmaciones? ¿Es realmente necesario esperar o se trata de un mito popular?
6¿Hay personas más vulnerables a un corte de digestión?
Las personas vulnerables son aquellas que requieren especial atención y precaución en situaciones como el verano, las altas temperaturas y el baño en agua fría. Estos consejos son aplicables a todas las personas, pero resultan aún más relevantes para colectivos como los niños, los ancianos o aquellos que toman ciertos medicamentos.
Según Rosa Pérez, coordinadora de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (Semes), los niños y las personas mayores son más vulnerables debido a que tienen un mecanismo de termorregulación menos eficiente.
Los niños tienen su sistema inmaduro, mientras que los ancianos pueden tener un peor flujo sanguíneo, lo que dificulta que el cuerpo compense la pérdida de calor, aumentando así el riesgo de sufrir las consecuencias de un supuesto «corte de digestión«. Además, debido a su fragilidad, el riesgo de ahogamiento en caso de mareos dentro del agua también es más elevado.
De manera similar, los pacientes que toman ciertos medicamentos, como los destinados a la tensión arterial, el sistema nervioso, patologías neurológicas o diuréticos, también pueden ser más susceptibles a los efectos del calor y a tener un corte de digestión. Algunos medicamentos pueden provocar somnolencia o deshidratación, lo que agrava el riesgo de complicaciones.