El calor durante las noches de verano pueden ser insoportable, lo que dificulta conciliar el sueño. Según los expertos científicos, la temperatura ideal para dormir se sitúa entre los 18 y los 21ºC en el dormitorio. Cuando la temperatura se encuentra por debajo o por encima de estos límites, las personas pueden experimentar dificultades para conciliar el sueño. Durante las noches de verano, es común que la temperatura supere los 21ºC, lo que dificulta descansar adecuadamente.
3UNA DUCHA CALIENTE, MEJOR QUE FRÍA
Si tienes calor en el momento de ir a dormir, una ducha caliente o tibia puede ser más beneficiosa que una ducha fría. Aunque pueda parecer contradictorio, la razón detrás de esto es la respuesta del cuerpo a los cambios de temperatura. Cuando te expones al agua fría, tu cuerpo inicialmente reducirá el flujo sanguíneo hacia la piel como una respuesta de conservación del calor. Sin embargo, unos minutos después, cuando el flujo sanguíneo regrese a la piel, podrías experimentar una sensación de calor intenso, ya que el cuerpo intentará recuperar el calor perdido rápidamente.
En cambio, una ducha caliente o tibia provoca un aumento del flujo sanguíneo hacia la piel, lo que promueve la pérdida de calor del cuerpo. Esto ayuda a que el cuerpo se enfríe gradualmente y te sientas más fresco antes de ir a la cama.