La lucha entre los taxis y las VTC en Madrid ha tenido un árbitro, cuando menos, controvertido: Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid tiene tiempo apostando por liberalizar el modelo de operaciones del taxi en la capital, eliminando las limitaciones de horas y permitiendo reducir el precio hasta un 15% por debajo de la tarifa oficial, pero la nueva lista de medidas que deberían aprobarse tras el verano tienen todo para ser más controvertidas aún y augura que el duelo entre ambas partes no se detendrá en el corto plazo.
COMUNIDAD DE MADRID
Es que cambiarán, como ha sido denunciado por varias organizaciones del taxi en redes y se puede confirmar en la web de la Comunidad de Madrid, el límite de licencias se puede tener un titular de 3 a 50. Es un salto radical, que puede llevar al regreso de las típicas superflotas o incluso a la compra de varias licencias por algún titular que también maneje varias licencias de VTC, lo que podría apuntar a un conflicto de intereses o al menos a un trabajo extra para competencia.
No es el único cambio que denuncian los taxis. El documento que comparten asegura que también se eliminará la exigencia de color específico, se flexibilizará la exigencia de conocimiento sobre la ciudad, alegando que las nuevas tecnologías los hacen menos necesarios y en la medida de lo posible que estos vehículos funcionen también como Carpooling. Es una suma de medidas que han sido descritas como una «uberización» de un servicio público.
Pero la Comunidad asegura que este proceso de liberalización permitirá generar otros 3.000 empleos y facilitar que los usuarios accedan al servicio. Es un ejemplo más de la complicada relación entre la Comunidad y los taxistas, que no se han llevado bien desde que fue evidente que la regulación madrileña apuntaría por buscar que ambos modelos de negocio compitieran y convivieran, y no a un bloqueo de las VTC como el que ha ocurrido en Cataluña.
la Comunidad asegura que este proceso de liberalización permitirá generar otros 3.000 empleos
Sin embargo, la realidad es que la competencia es complicada en esta realidad. Aun con los nuevos permisos de la comunidad la tarifa oficial sigue sin ser suficientemente competitiva con los costes de las VTC, y la libertad de operar a cualquier hora no parece ser la opción favorita de los conductores, que quieren poder mantener el equilibrio entre su vida y su trabajo en el futuro.
EL DUELO DE AYUSO Y EL TAXI LEJOS DE TERMINAR
Sigue siendo interesante ver como la presidenta de la Comunidad de Madrid se ha mantenido firme en un duelo que la ha puesto en la mira de un sector que siempre ha estado dispuesto poner la opinión pública de su parte. Solo hace falta voltear a Barcelona y ver la campaña actual de Elite Taxi para saber que no tienen demasiado miedo de poner en una situación incomoda a sus obstáculos económicos y políticos.
La situación además se ha hecho aún más delicada desde la aprobación de la «Ley Uber». Esta fue la que permitió el funcionamiento de las VTC en todos los municipios y zonas urbanas de Madrid, y que ha sido fuertemente criticada por la oposición dentro de la comunidad. Desde entonces ambas partes siguen estirando poco a poco la cuerda entre ambas partes.
La situación además se ha hecho aún más delicada desde la aprobación de la «Ley Uber»
Será llamativo ver como se toman esta nueva medida. Según la presidenta de la comunidad estas medidas beneficiarán a los taxistas al permitirles competir de forma más justa con las nuevas aplicaciones de transporte de puerta a puerta, pero por supuesto que hay dudas de que en la práctica sea así hasta que este cambio en el límite de licencias a particulares no entre del todo en funcionamiento.
MADRID Y BARCELONA DOS CARAS OPUESTAS DE LA MONEDA CON LAS VTC Y LOS TAXIS
Para los taxistas si hay un ejemplo de como deberían funcionar las ciudades en relación con estos medios de transporte es Barcelona, que parece haber declarado la guerra abiertamente a las VTC, y que los ha expulsado de la ciudad. Es una decisión que ha sido igual de controversial que la de la capital, aunque en este caso ha sido criticada por las nuevas aplicaciones, y por usuarios que ya se habían acostumbrado a la presencia de Uber, Cabify y Bolt.
La comparación demuestra lo difícil que es para las dos partes llegar a acuerdos para convivir, como lo ha llegado a comentar la ministra de Transporte, Raquel Sánchez. En el medio quedan en ocasiones los usuarios que necesitan una respuesta rápida para llegar a su destino en poco tiempo.
Aunque esto evidentemente deja de lado la discusión sobre las condiciones de los conductores. Si alguna crítica reciben frecuentemente es por las horas que pasan los trabajadores detrás del volante y lo que reciben como compensación, lo que es un problema clave que en ocasiones se ha traducido incluso en reclamaciones por temas de seguridad.