El crecimiento de las aerolíneas en los últimos años ha hecho evidente que siguen siendo vistas como la forma más cómoda de viajes para largas distancias, todo ello a pesar de las preocupaciones de algunos usuarios y de gobiernos en cuanto a la contaminación y emisiones de CO2 en la atmósfera. De hecho, según predice Boeing los próximos años se traducirán en un crecimiento de la flota aérea de todo el planeta.
Boeing estima que la demanda de pilotos, técnicos de mantenimiento y tripulación de cabina ascenderá a 2,3 millones de trabajadores a lo largo de los próximos 20 años, teniendo en cuenta la previsión de que la flota mundial de aviones se duplicará de aquí a 2042 para hacer frente al aumento de la demanda de tráfico aéreo.
En concreto, el fabricante estadounidense calcula que serán necesarios unos 649.000 pilotos, más 690.000 técnicos de mantenimiento y unos 938.000 tripulantes de cabina de pasajeros. China, Eurasia y Norteamérica serán responsables de más de la mitad de esta demanda. Eurasia, que a diferencia del año anterior incluye las previsiones para Rusia, precisará de unos 143.000 pilotos, 156.000 técnicos y 235.000 tripulantes, el 22%, 22,6% y 25% del total global, respectivamente.
La demanda en China superará a la de Norteamérica y será de un 20,6% del total de los pilotos, 20% de los técnicos y del 17% de los tripulantes que se necesitarán a nivel mundial. Mientras, Norteamérica acumula el 19,5% de la demanda total de pilotos, el 18,1% de la de técnicos y el 18,8% de tripulantes de cabina. No obstante, las regiones con un mayor crecimiento de personal serán África, el Sudeste Asiático y el sur de Asia, donde la demanda regional de tráfico aéreo podría hasta duplicarse.
BOEING MUESTRA OPTIMISMO
Es una buena noticia que el fabricante norteamericano siga viendo señales de crecimiento. Viendo sus datos parece fácil de olvidar, pero hace unos tres años casi toda la aviación comercial se paró en seco por la pandemia, y la guerra de Ucrania, y las varias crisis económicas que han sido causadas por la misma, pusieron en duda el efecto rebote, pero los datos de las aerolíneas al igual que los de los trenes, apuntan a que los usuarios han decidido viajar y recuperar el tiempo perdido a pesar de la situación.
Dado que además hay cada vez más opciones «low cost» para viajar en avión, que incluyen casos de éxito como Iberia Express, Vueling o RyaAir, los vuelos se han vuelto parte normal del día a día del mundo desarrollado, con escapadas de fin de semana y no solo una opción para los viajes largos del verano. De seguir así a medida que empiecen a surgir nuevos destinos, como lo predice el informe de Boeing, es fácil imaginar que consigan seguir siendo clave.
Al mismo tiempo es bueno seguir de cerca las decisiones políticas de sus mercados claves. Aunque probablemente sea injusto que los aviones se hayan ganado algo de mala reputación por las emisiones de CO2 que generan, y eso ha llevado a que en Europa se apunte por los trenes como una conexión entre los países del continente, al menos aquellos a poca distancia.
LOS AVIONES BUSCAN LIMPIAR SUS VUELOS Y SU IMAGEN
Esto último es lo que hace que desde varias aerolíneas se esté trabajando en otras opciones de combustible para que los vuelos sean más limpios. El desarrollo del combustible SAF, ya usado en España por Iberia o por Vueling, es el ejemplo más evidente de este deseo de poder operar sin ser señalados por las emisiones y que les permitiría recuperar algo del terreno que han tenido que ceder al tren.
Pero esta inversión en un nuevo combustible representa también uno de los problemas a los que se enfrenta todo el sector del transporte, desde el motor hasta los aviones: La transformación energética de occidente. Es un paso que no se ha podido dar a la velocidad que los gobiernos hubiesen deseado, pero sí que se ha ido avanzando de a poco y se siguen buscando opciones para acelerar la situación.
Pero para los aviones, como lo entiende Boeing, es especialmente delicado dado que no pueden pasar a la electrificación como lo pueden hacer los trenes y los vehículos particulares. Por tanto, si las predicciones de la empresa se cumpliesen, será importante que puedan producir nuevos combustibles que permitan llevarles a esa meta de las cero emisiones.