Aunque la tarta de zanahoria es más popular en Estados Unidos, no deja de ser una de las favoritas en España. De textura suave, muy parecida a la de un bizcocho, y un sabor dulce que huye de lo empalagoso, este postre es perfecto para un desayuno o merienda en la mejor compañía.
La mejor opción es elaborar esta tarta en nuestra propia casa, pues de esta manera evitamos el exceso de azúcar, colorantes y conservantes. Además, se trata de una receta sencilla e ideal para hacer con niños.
2Receta de tarta de zanahoria
También conocida como carrot cake, la elaboración de esta tarta es bastante sencilla, muy similar a la de los clásicos bizcochos. El paso más complicado es combinar el bizcocho con la cobertura, pero no te preocupes, siguiendo con atención las siguientes pautas obtendrás una tarta de zanahoria perfecta.
Ingredientes
Para el bizcocho:
- 280 gramos de harina para repostería
- 350 gramos de zanahorias
- 300 gramos de azúcar moreno
- 250 gramos de mantequilla
- 4 huevos tamaño M
- 2 cucharaditas de levadura química en polvo
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 cucharadita de nuez moscada
- 1 pizca de sal
Para realizar la cobertura:
- 300 gramos de queso en crema mascarpone
- 300 mililitros de nata para montar
- 250 gramos de azúcar
- 50 gramos de mantequilla
- Media cucharadita de extracto de vainilla
Elaboración
La elaboración de la tarta de zanahoria se divide en dos partes: el bizcocho y la cobertura y, después, la preparación definitiva en la que combinamos alternativamente capas de bizcocho y cobertura.
Comenzamos por el bizcocho:
- Pelamos, lavamos y cortamos en trozos muy pequeños las zanahorias. Mucho mejor si usamos una picadora, pues lo haremos en menos de la mitad de tiempo.
- Ponemos en un recipiente la harina (a ser posible tamizada), la levadura, la canela y la nuez moscada. Mezclamos bien.
- En otro recipiente, mezclamos el azúcar moreno y los huevos y batimos hasta formar espuma.
- Juntamos ambas mezclas en un solo recipiente y añadimos la zanahoria.
- Incorporamos la mantequilla algo derretida previamente en el microondas y mezclamos hasta lograr una masa homogénea.
- Engrasamos un molde para horno con un poco mantequilla y vertimos la masa. Lo introducimos en la bandeja media del mismo, a una temperatura de 180ºC (previamente recalentado) y con calor arriba y abajo.
- Horneamos durante aproximadamente 60 o 70 minutos; para comprobar que está en su punto, hay que pinchar con un tenedor o palillo y, si sale limpio, ese será el momento de sacar el bizcocho. Cuando lleve 30 minutos, recomendamos poner una capa de papel de aluminio por encima para evitar que se queme la superficie. La retiraremos los cinco minutos finales para dejar que coja un poco de color dorado.
- Sacamos el bizcocho del horno y lo dejamos enfriar en el molde unos 10 minutos aproximadamente. Después, desmoldamos y dejamos que siga enfriando sobre una rejilla de horno.
Para preparar la cobertura…
- Mezclamos bien la mantequilla a temperatura ambiente con el queso mascarpone y la esencia de vainilla. Añadimos el azúcar a la mezcla y volvemos a remover.
- Montamos la nata y la incorporamos a la mezcla anterior hasta crear una crema homogénea.
Ahora, preparamos el resultado final paso a paso:
- Partimos el bizcocho en tres capas con mucho cuidado.
- Extendemos la cobertura en una de las capas, cubriéndola con la segunda capa después. Volvemos a añadir cobertura y, finalmente, cubrimos de nuevo con la tercera capa.
- Metemos la tarta en la nevera y la dejamos enfriar un mínimo de una hora. Una vez fría, añadimos otra capa de cobertura algo más gruesa que las otras, procurando crear una superficie lisa.
- Añadimos algo de topping por encima. Por ejemplo, unas almendras molidas. Ya estaría lista para servir.
Como vemos, la elaboración de la tarta de zanahoria puede ser un poco engorrosa, pero con mimo y paciencia lograremos un resultado excepcional, mucho mejor que el de las versiones que encontramos en los supermercados.
Hay que aclarar que una de las grandes ventajas de este postre es su versatilidad, pues podemos adaptarlo fácilmente a nuestros gustos y necesidades. Por ejemplo, si queremos un sabor menos dulce, bastará con añadir menos azúcar.
Asimismo, en caso de personas celiacas e intolerantes al gluten, se recomienda usar harina de arroz, ya que su textura es muy ligera. También puede optarse por mezclarla con harina de almendras, lo que le aporta un toque especial al resultado final.