Numerosos estudios han confirmado que las olas de calor actuales pueden representar un peligro tanto para aquellos que están al aire libre como para quienes se encuentran dentro de los automóviles. Durante estos días, experimentamos una mayor incomodidad, agresividad y nerviosismo, lo que nos lleva a circular a velocidades más altas con el objetivo de llegar rápidamente a nuestros destinos. Esta situación conlleva una disminución en nuestra atención, aumentando así la fatiga y la somnolencia. Además, según diversas investigaciones, se estima que hay un incremento del 15% al 25% en la probabilidad de sufrir accidentes.
3CONDUCIR CON CALOR AFECTA IGUAL QUE EL ALCOHOL EN SANGRE
Cuando la temperatura dentro del habitáculo del vehículo supera los 30-35 grados, se ha observado que el conductor puede experimentar una disminución del 20% en su velocidad de reacción en comparación con conducir en condiciones de 25 grados. Esta situación puede provocar síntomas similares a los asociados con una tasa de alcohol en sangre de 0,5 g/l.
Si a esto se suma un episodio de deshidratación, aumenta la probabilidad de cometer errores durante la conducción equiparables a los que se cometerían con una tasa de alcohol en sangre de 0,8 g/l. Estos errores pueden incluir salidas involuntarias de carril o de la vía, así como colisiones con otros vehículos por alcance. La DGT recuerda que es fundamental tener en cuenta estos riesgos y tomar medidas para evitar que la temperatura interna del vehículo alcance niveles peligrosos.