A todos nos cuesta mucho más pasar tiempo en la cocina durante el verano. El calor hace además que nos apetezcan platos fríos y fáciles de hacer. Los canelones son una de esas recetas que, además de gustar a grandes y pequeños, se preparan en muy poco tiempo y pueden cocinarse con multitud de alimentos, ya sea como relleno o envoltorio de los mismos.
Para estas vacaciones te proponemos la siguiente receta de canelones fríos, económicos, sencillos y con sólo cinco ingredientes, ideales para los largos días de verano. Puedes aprender a hacer este plato en el canal de Youtube ‘Platos fáciles con Tamara’. Pero para que vayas tomando nota, a continuación te detallamos los ingredientes necesarios y la descripción de la receta paso a paso.
3Trucos para cocer placas de pasta de canelones sin que se peguen
Para hacerte más fácil el momento de rellenar las placas que suelen usarse para hacer los canelones más tradicionales, te traemos un truco de cocina que te ayudará a cocerlas sin que se peguen o se rompan.
Aunque esta técnica se refiere a la cocción de las placas para canelones, puede usarse el mismo truco con las placas de cualquier otra pasta, como por ejemplo las utilizadas en la elaboración de la lasaña.
Dependiendo de si se trata de pasta fresca, seca o precocida, a continuación te contamos cómo cocer cada tipo de placa de la forma correcta.
Placas de pasta seca o fresca
Llena una cacerola con agua y una cucharadita de sal. Ponla en el fuego hasta que hierva. Agrega las placas una a una teniendo en cuenta que haya espacio suficiente, no debemos amontonarlas. Deja cocer durante cinco minutos removiendo suavemente de vez en cuando para evitar que se peguen.
Cuando estén cocidas, viértelas en un cuenco al que iremos añadiendo agua fría poco a poco. Así nos aseguraremos de que no se han pegado entre ellas. Rocía una superficie de trabajo con un poco de aceite y colócalas encima estiradas. Ya las podemos rellenar.
Placas de pasta precocidas
Al estar precocidas, más que cocinar, lo que tendremos que hacer es hidratar estas placas. Para ello rellena una fuente con agua muy caliente y un poco de sal y sumerge las láminas una por una, procurando que queden bien repartidas por toda la superficie. Deja reposar durante diez minutos para que se ablanden.
Una vez pasado este tiempo, sácalas del agua y colócalas sobre una encimera rociada previamente con un poco de aceite o sobre un paño limpio y seco, procurando dejar espacio entre ellas. Ya están listas para trabajar con ellas.
