Twitter quiere que los usuarios que utilizan su red, paguen por tener el tick azul y pueda optar a más servicios que la versión gratis que tienen la mayoría de los usuarios. Por ello desde este fin e semana ha empezado a implantar un límite temporal en la cantidad de tweets que las cuentas pueden ver cada día, una medida que provocó una reacción violenta de algunos usuarios.
El propietario de Twitter, Elon Musk, tuiteó el sábado que los usuarios no verificados podrán ver hasta 600 publicaciones diarias, mientras que los suscriptores de Twitter Blue tendrán acceso a 6.000 publicaciones,. Esa medida la ha puesto en marcha con la justificación de » abordar niveles extremos de extracción de datos y manipulación del sistema».
Cinco horas después, Musk corrigió sus palabras y decidió revisar los límites nuevamente, aumentando el número a 1.000 para cuentas no verificadas y 10.000 para usuarios verificados. Posteriormente añadió que los límites se incrementarán a 800 y 8,000 respectivamente, sin especificar cuánto durarán los nuevo parámetros.
Tras las sucesivas rectificaciones, los usuarios comenzaron a reportar problemas para acceder a Twitter desde el sábado, tras recibir notificaciones de que habían excedido su «límite de velocidad». La cantidad de informes alcanzó un máximo de casi 7.000 alrededor de las 11:30 am en Nueva York antes de disminuir, según Downdetector . Tras el anuncio de Musk sobre los límites, los temas de tendencia de la web estuvieron dominados por las quejas, y los usuarios publicaron sobre «#TwitterDown» y «RIP Twitter».
La medida sigue a otras restricciones implementadas a principios de esta semana, cuando Twitter impidió que los usuarios sin cuentas vieran tweets y perfiles. Hasta el pasado viernes, los usuarios aún podían ver los tuits que aparecían en las búsquedas de Google o estaban incrustados en otros sitios. El procedimiento, que Musk dijo que era temporal, se puso en marcha para evitar que las personas rastrearan el sitio en busca de datos: «Nos robaron tanto datos que degradaba el servicio para los usuarios normales!», fueron sus palabras.
El multimillonario ha realizado una serie de cambios en Twitter desde que compró la empresa por 44.000 millones de euros y asumió el cargo de CEO en 2022, quizás donde más se ha notado el cambio ha sido a través de la introducción de cuentas premium que cobran a los usuarios 8 euros por mes, las conocidas como Twitter Blue.
Twitter ha confiado durante mucho tiempo en la accesibilidad de sus tuits en la web para generar interés en el sitio, por ejemplo, a través de los usuarios que envían tuits a amigos o contactos que no tienen cuentas.
En marzo, Twitter comenzó a cobrar por el acceso a su interfaz de programación de aplicaciones, o API. La API de la rede social fue utilizada por aplicaciones populares de terceros como Tweetbot y Twitterific, además de por investigadores académicos. Ahora cobra a esos clientes 42.000 dólares al mes para acceder solo al 1% de los tuits. En abril, Musk deshabilitó temporalmente los me gusta, las respuestas y los retuits si un tuit tenía un enlace a Substack, la plataforma de boletines. Después de las quejas, el dueño de Tesla revirtió ese cambio.
LA EVOLUCIÓN DE TWITTER Y EL LLAMAMIENTO A SU BOICOT
A pesar de los llamamientos al boicot que han protagonizado usuarios y personajes de la esfera internacional como Donald Trump a la red del pájaro azul, no parece que le está afectando demasiado al número total de personas que tienen una cuenta en Twitter a nivel mundial, puesto que ha seguido recuperándose de los años de estancamiento que vivió hasta 2022 (cuando volvió a crecer en usuarios, concretamente un 23%) y este 2023 registra un aumento del 27,5% que le lleva a alcanzar los 556 millones de usuarios.
Las acciones de Twitter dejaron de cotizar en bolsa el pasado mes de octubre cuando Musk asumió la compra de la red social y excluyó a la firma de los mercados. Las acciones de Twitter comenzaron a negociarse en el NYSE en noviembre de 2013 en torno a los 40 dólares. Nada más producirse su estreno en el mercado, la acción experimentó un fuerte movimiento alcista que llevó el precio a su nivel máximo histórico hasta alcanzar los 74,7 dólares.
Los inversores por tanto que llegaron a suscribir acciones de la compañía hace diez años, apenas tuvieron una revalorización puesto que cuando fueran excluidas de la bolsa de Nueva York, marcaban un precio de 54,10 dólares. Lo que supone una revalorización en los casi diez años de un 35%, muy alejada de las fuertes rentabilidades de uno de sus rivales como Meta, propietaria de Facebook, Instagram y Whatsapp, que ha visto como su valor se ha multiplicado por 10 en estos años, para alegría de los inversores que apostaron por comprar acciones de la compañía dirigida por Mark Zuckerberg.