La crema de calabacín es una deliciosa receta que despierta la curiosidad de muchos sobre si se puede disfrutar tanto fría como caliente. La respuesta es ¡sí! Esta cremosa y reconfortante sopa puede servirse caliente durante los días más frescos, ofreciendo un plato reconfortante y lleno de sabor. Por otro lado, cuando el clima se vuelve más cálido, esta crema también puede disfrutarse fría, convirtiéndose en una opción refrescante y ligera para el verano. Sea cual sea tu preferencia, ya sea caliente para calentar el alma o fría para refrescar el paladar, la crema de calabacín siempre será una elección acertada para deleitar tus sentidos. A continuación te enseñamos cómo prepararla.
9Pasado ese tiempo tienes que triturar con la batidora y ajustar de sal
Una vez transcurrido el tiempo de cocción, retira la olla del fuego y utiliza una batidora de mano o una licuadora para triturar la mezcla hasta obtener una textura suave y cremosa. Asegúrate de ajustar el nivel de sal de acuerdo a tu gusto personal, añadiendo más sal si es necesario. Prueba la crema y ajusta los condimentos según tus preferencias.
