La crema de calabacín es una deliciosa receta que despierta la curiosidad de muchos sobre si se puede disfrutar tanto fría como caliente. La respuesta es ¡sí! Esta cremosa y reconfortante sopa puede servirse caliente durante los días más frescos, ofreciendo un plato reconfortante y lleno de sabor. Por otro lado, cuando el clima se vuelve más cálido, esta crema también puede disfrutarse fría, convirtiéndose en una opción refrescante y ligera para el verano. Sea cual sea tu preferencia, ya sea caliente para calentar el alma o fría para refrescar el paladar, la crema de calabacín siempre será una elección acertada para deleitar tus sentidos. A continuación te enseñamos cómo prepararla.
5Ahora tienes que cortar el nabo y el puerro
Después de cortar los calabacines, continúa preparando la crema de calabacín cortando el nabo y el puerro. Pela y corta el nabo en trozos pequeños, y el puerro en rodajas finas, asegurándote de desechar la parte superior verde oscura. Estos ingredientes añadirán sabor y profundidad a tu crema de calabacín.