La Eurocopa coronó a España y la clave fue hace 15 años, el 22 de junio de 2008, cuando España rompió el maleficio de los cuartos de final en lo que a la selección masculina de fútbol se refiere. La historia le sonará a chino a los que tengan menos de 25 años, puede que incluso a algunos y algunas algo más mayores, pero para otros muchos fue un sufrimiento desde 1986 cuando Emilio Butragüeño, ‘El Buitre’, y compañía cayeron en los cuartos de final del Mundial de México. Desde entonces, varios fracasos acompañaron a la Roja, que, de la mano de un jovencísimo Cesc Fábregas, desde el punto de penalti, eliminó a Italia y se plantó en la semifinal de la Eurocopa de Suiza y Austria. Esa España, la España que comandaba Luis Aragonés desde el banquillo, terminó levantando la copa de selección campeona de Europa. Adidas era el patrocinador técnico de la selección en esa competición.
PLAZAS DE TODA ESPAÑA
El recuerdo de ese instante aún hace retumbar las plazas de toda España al ritmo de una misma palabra, un grito que encierra tantos significados como se quieran, pero que en la noche del 22 de junio de 2008 se plasmó en alivino y felicidad, una explosión de alegría. Esa palabra es universal: gol. Más bien fue así: “¡gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooool!”.
Con la exhuberancia de los grandes narradores como Alfredo Martínez, Gaspar Rosety o Manolo Lama, el grito «gooooool» recorrió España. Lo hizo gracias a un joven llamado Cesc Fábreras. Nueve pasos atrás, una carrera, unos arrestos importantes y un golpeo impecable ante el segundo mejor portero del mundo, que no era otro que Buffon, colocaron a España en la semifinal. El seleccionador Luis Aragonés designó a Cesc como el quinto lanzador de la tanda de penaltis. Confianza brutal por parte del veteranísmo entrenador, el viejo zorro ‘Zapatones’ en el imberbe Cesc, que sería el encargado de lanzar el quinto penalti.
El seleccionador Luis Aragonés designó a Cesc como el quinto lanzador de la tanda de penaltis
Fábregas tenía un pais detrás, una afición que ante ese quinto penalti, grito, cada una a su ritmo, en todos los rincones el nombre del jugador. La Plaza de Colón, que tantas veces se ha utilizado para echarse las banderas a la cara, fue en esta ocasión el símbolo de algo que une, un pegamento excelente para la sociedad. Allí se vivieron 120 minutos de tensión, de esperanza, de miedo. España pudo evitar los penaltis, pero no fue su día de cara a la portería rival, un arco defendido por un portero de categoría mundial, de los que ganan partidos, como sucedía con Iker Casillas en el caso español.
PRIMERA FASE PERFECTA
España llegó a cuartos de final en la Euro 2008 después de una primera fase inmaculada. Tres victorias en tres partidos, buen fútbol e incluso con la fortuna de su lado, como en el balón imposible que se llevó Villa ante Suecia, tras un ‘melonazo’ de Capdevila en el último suspiro, y que el eterno delantero asturiano convirtió en gol con una definición perfecta.
El combinado español estaba enchufadísimo, titulares y suplentes, como se vio en el partido que cerró la fase de grupos. Rubén de la Red y David Güiza, habituales suplentes, fueron titulares y marcaron los dos goles que le dieron el triunfo ante Grecia.
EL ACTUAL TÉCNICO DEL bARÇA, XAVI HERNÁNDEZ, FUE TITULAR EN EL PARTIDO ANTE ITALIA
Luego llegó el cruce de cuartos de final. La bestia negra de España en 1986 y 1994, en los mundiales de México y Estados Unidos. España formó de inicio con Iker Casillas; en la defensa, Sergio Ramos, Joan Capdevila, Carlos Marchena y Carles Puyol; en el centro del campo Marcos Senna, Xavi Hernández, Andrés Iniesta y David Silva y en la delantera, David Villa y Fernando Torres. En el transcurso el partido entraron Cesc Fábregas, Santi Cazorla y David Güiza, que sustituyeron a Xavi, Iniesta y Torres.
Fue un partido igualado. España tuvo la pelota y pocas ocasiones de gol, opciones que terminaron en nada. Italia tuvo la suya antes de la prórroga, pero la oportunidad de Camoranesi la desbarató Casillas. En el tiempo extra Silva casi anota, pero su lanzamiento se fue lamiendo el poste, mientras que respondió poco después Italia con un cabezazo de Di Natale que Casillas mandó a córner providencialmente.
LA LOTERÍA Y ‘EL SANTO’
Y llegó la lotería de los penaltis. Un tanda con un santo y un aniquilador de hielo. Villa y Cazorla marcaron los dos primer lanzamienos de España, mientras que Casillas obró su primer milagro parando el lanzamiento que hizo de Rossi. Senna marcó el tercero para España, que empezaba a soñar con las semifinales. El cuarto lanzamiento de España, lo marró Güiza, que fue nervioso al lanzamiento y Buffon, perro viejo, le sacó el disparo. En ese momento, buena parte de la afición se acordó de todos los malos momentos en los que España se fue fuera en el momento decisivo, pero apareció ‘El Santo’. Casillas, que atajó el lanzamiento de Di Natale, que también fue nervioso a los 11 metros.
Con un tranquilidad pasmosa, Cesc imprime un golpe suave, musical, a la pelota, engaña a Buffon y rompe el maleficio
Y llegó el momento. Un país conteniendo la respiración. Cesc agarra la pelota. El 10 a la espalda y Fábregas en la camiseta. Cesc camina hacia atrás. 1,2,3,4,5,6,7, 8, 9 pasos. Con un tranquilidad pamosa, Cesc imprime un golpe suave, musical, a la pelota, engaña a Buffon y rompe el maleficio. “Goooooooooooooooool”. España entra en semifinales, abre una nueva etapa. Se quita la cara de perdedor. Una piña de la selección emociona a un país, que, además, en esa época, de crisis económica, necesitaba una alegría. La felicidad fue completa, pero ese capitulo se contará más adelante.