La situación económica que se vive en España es cada vez más preocupante. España se consolida como el país de la Unión Europea en el que sus ciudadanos viven con una mayor precariedad económica cuando habitan una vivienda en régimen de alquiler. Tal y como hemos podido saber a través de los fatos publicados por Eurostat la semana pasada, el 45% de los ciudadanos que viven en régimen de alquiler en nuestro país se encuentra en estos momentos en riesgo de pobreza o exclusión social.
Un porcentaje por el que supone que cuatro de cada diez personas alquiladas está en riesgo de pobreza. Reconocemos como personas en riesgo de exclusión social aquellas con una renta disponible inferior a 9.500 euros al año, el 60% de la media nacional disponible después de transferencias, o aquellas que trabajen solamente el 20% de su tiempo de trabajo potencial o menos. Una situación que preocupa más si tenemos en cuenta que España es el país que lidera el ranking con esta situación.
Después de nuestro país, se encuentra Malta, con un 42,4% de las personas con un alquiler en riesgo de pobreza. Posteriormente, se encuentra Rumanía, con una proporción del 37,8%, después Bélgica, con un 37% de los alquilados en esta situación, más abajo Italia, con el 36,3% y Lituania, con el 34,9%.
El porcentaje baja al 17% para las personas que tienen vivienda en propiedad y pagan una hipoteca
Los países mencionados superan en todo momento la media de la UE, que se fija en el 31,4%, mientras que Países Bajos se consolida como el territorio que registra menor vulnerabilidad para las personas que viven en régimen de alquiler, con tan solo un 14,3% de los alquilados en este contexto.
Niveles que desvelan un problema innerente en España, que no ha experimentado cambios notables en los últimos años, ya que, incluso durante la pandemia, los niveles se han mantenido estables desde 2019. Tasas que, pese a mantenerse estables, nos ha llevado a capitanear el ranking que antes lideraban otros países: Rumanía, por ejemplo, lideraba en 2015 con un 65% de los alquilados, mientras que ha conseguido reducir significativamente este contexto hasta el 37,8% con una reducción de 27 puntos.
Población consideradamente vulnerable
Las personas con una vivienda en régimen de alquiler en España se encuentran en alto riesgo de vulnerabilidad, la más alta de la Unión Europea, por una combinación de motivos. Entre ellos, se encuentra el fuerte auge de los precios de las viviendas en alquiler, que llega hasta el 51,4% en los últimos diez años, en comparación con un incremento de salarios más reducido durante los últimos años, que tan solo se ajusta al 3,4%.
Todo ello se suma al efecto de la inflación durante los últimos tres caos, que encarece los precios de la vida y reduce también el poder adquisitivo de las familias. Junto con los alquileres más altos de las casas, las familias afrontan un coste más altos de los bienes de primera necesidad.
Quienes tienen una vivienda en propiedad se encuentran en una situación diferente en España. A pesar de que se ha registrado una subida de los tipos de interés y encarecimiento de las hipotecas, en total un 17,8% de quienes están pagando una hipoteca en nuestro país se encuentran en riesgo de pobreza, lo que sitúa a nuestro país en el segundo peor de la UE por detrás de Grecia, donde un 23,8% se encuentra en esta situación.
El 22% de la población europea en riesgo
En 2022, 95,3 millones de personas en la UE (22% de la población) se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social, es decir, vivían en hogares que sufrían al menos uno de los tres riesgos de pobreza y exclusión social: riesgo de pobreza, grave material y social privación, y/o vivir en un hogar con muy baja intensidad laboral. La cifra se mantuvo relativamente estable en comparación con 2021 (95,4 millones, el 22% de la población).
En cuanto a la edad, el mayor riesgo de pobreza o exclusión social en la UE se registró entre los adultos jóvenes de 18 a 24 años (26,5 %), mientras que el riesgo más bajo se registró entre los adultos de 25 a 49 años (19,9 %). Entre estos dos grupos de edad, el riesgo de pobreza o exclusión social era del 20,2 % para las personas de 65 y más años y del 21,0 % entre la población de 50 a 64 años. El grupo de edad más joven, las personas menores de 18 años, también tenían un riesgo relativamente alto (24,7 %).
A nivel de la UE, más de un tercio (34,5 %) de todas las personas mayores de 18 años con un bajo nivel educativo estaban en riesgo de pobreza o exclusión social, en comparación con el 10,5 % de las personas en el mismo grupo de edad con un nivel educativo terciario (alto). El porcentaje correspondiente a las personas con un nivel educativo medio fue del 19,8 %.