La nueva Ley de Bienestar Animal entrará en vigor el próximo 29 de septiembre de 2023 con algunas particularidades, polémicas y bastante confusión por parte de la población. Una de las infracciones que contempla la nueva normativa es la de dejar atado a nuestro perro en la puerta de algún establecimiento.
De esta forma, a partir del mes de octubre esta práctica conllevará importantes sanciones económicas dependiendo de la comunidad autónoma. Considerada una infracción de carácter leve, viola el artículo 27 de esta ley ya publicada en el BOE.
2Hurtos, maltratos y otros riesgos
Independientemente de la nueva Ley de Bienestar Animal y las multas que pueda conllevar, lo cierto es que al dejar a nuestro perro atado en la calle le estamos exponiendo a otros muchos riesgos de los que debemos ser conscientes. Es por ello que, dejando de lado la normativa, es altamente desaconsejable esta práctica.
Para empezar, al dejar en la calle sin vigilancia a nuestro perro pueden robarlo muy fácilmente. Basta con una pequeña distracción, perderle de vista un segundo, para que algún desalmado se lleve al animal. Es algo que viene ocurriendo durante décadas, e incluso se ha acrecentado en los últimos años.
Existe una falsa creencia que debemos desmentir. Comúnmente se dice que sólo se roban los perros de raza para su venta o crianza, pero nada más lejos de la realidad. Los mestizos también son hurtados para usarlos cruelmente como método de entrenamiento para perros de pelea.
Por otro lado, si dejamos a nuestro perro atado en la calle podemos estar exponiéndolo a situaciones de peligro. Por ejemplo, alguien podría golpearle (recordemos que a veces la maldad no tiene límites, lo vemos cada día en el telediario). O quién sabe si, incluso, algún despiadado podría darle comida envenenada. A estos bárbaros les basta un segundo para hacer el mal.
De hecho, alguien inocente podría hacerle daño sin pretenderlo. Pensemos en un niño, por ejemplo, que se acerque al perro con intención de jugar con él pero le haga daño involuntariamente. O, por el contrario, también tendríamos problemas si nuestro perro se asusta y le acaba mordiendo.
Otro peligro que podría correr nuestro perro es el de que su correa se soltara al no estar lo suficientemente bien atada o a causa de los insistentes tirones del animal. Podría escapar, hasta correría el riesgo de ser atropellado. Además, ¿qué ocurriría si otro perro agresivo atacara al nuestro? Al estar atado, no podría defenderse.
Puede parecer algo exagerado, son situaciones graves que, afortunadamente, no ocurren todos los días. Pero suceden, más a menudo de lo que creemos. Por ello es mejor prevenirlas y evitar dejar atado a nuestro perro en la puerta de cualquier establecimiento, pues en lo que se refiere al bienestar de nuestras amadas mascotas no merece la pena correr el más mínimo riesgo.