La realidad ha sido demasiado rápida en cuanto a la irrupción en nuestra vida de la Inteligencia Artificial. En particular los chatbots, liderados por ChatGPT han creado dudas, no solo de sus capacidades sino de los efectos que puede tener en un mercado laboral que ya de por sí es altamente competitivo. Pero igual de importante, y menos conversado, es su situación legal en cuanto al uso de material de artistas, periodistas y diseñadores para educar estas aplicaciones.
En caso de usar material protegido para crear contenido el mismo no podrá ser usado con objetivos comerciales, aunque si para objetivos educativos y de investigación. Es una medida llamativa, que además da pistas de hacia donde puede apuntar una regulación europea, y una eventual regulación en Estados Unidos. Es que no solo se trata del país asiático, sino que todos parecemos estar buscando pistas de como lidiar con el pequeño e interesante Frankenstein con el que nos topamos de sorpresa.
Es una medida interesante de un país que suele estar bastante dispuesto a abrazarse a las nuevas tecnologías, pero que al mismo tiempo, considera importante la protección de su sector creativo. Por el peso que tienen formatos fácilmente usados para educar estas nuevas aplicaciones, como el comic o la novela ligera, tiene sentido que el sector haya pedido reunirse con el gobierno, y que este haya decidido protegerlos al menos de momento. Dada la prohibición en Italia y la posible regulación alemana no sería extraño ver a empresas como Open AI encender las alarmas.
Es que ya se ha demostrado que estas regulaciones tienen nerviosos a los creadores de ChatGPT. El CEO de Open AI Sam Altman dijo que una medida que los obligara a reportar sus métodos para educar a los chatbots o aplicaciones de diseño podría obligarlos a dejar de operar en Europa, aunque al poco tiempo se le vio recoger su posición a través de las redes sociales. Lo cierto es que una regulación relacionada con este tipo de tecnologías era esperada, aunque parece por momentos que no contaban con que en algunos mercados clave podía ser tan estricta con este tipo de factores.
CHATGPT Y EL DERECHO DE AUTOR
El otro punto que obliga a controlar este tipo de aplicaciones es la creación de nuevo material suele ignorar las legislaciones relacionadas con propiedad intelectual. Es que con pedirle a ChatGPT o al Bard de Google que cree un guion basado en una franquicia anterior hace evidente la necesidad de otro ser humano se demuestra que no solo ha absorbido todo tipo de guiones de obras previas, sino que evidentemente no hay ningún filtro para evitar que lo haga.
Esto es un tema delicado, sobre todo para artistas nobeles que necesitan el internet para mostrar su trabajo, pero que puede verse afectado si el mismo es devorado por la aplicación buscando aprender. Aunque de momento la mayoría de las aplicaciones están limitadas en sus fuentes de aprendizaje solo hasta 2021, suficiente para poder dar algún detalle de actualidad, pero no tanto como para que sus propios creadores no puedan manejarlas.
Por otro lado, su preocupación con estas nuevas regulaciones no es demasiado lógica. Es que hace unos días pedían regulación para evitar la posibilidad del fin de la humanidad, visto así que se pongan nerviosos por regulaciones relacionadas con algo tan «simple» como los derechos de autor.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL LA NUEVA VILLANA DE HOLLYWOOD
Al tiempo que esta discusión ocurre en Europa y Asia en Estados Unidos la huelga de guionistas y las negociaciones con los sindicatos de actores y directores en Hollywood ha puesto la conversación sobre el rol que debe jugar en el mundo creativo en primer plano. De momento el sindicato de directores ha sabido llegar a una protección que no permite que su labor sea cubierta por aplicaciones de este estilo.
Lo normal, dado que los estudios ya cedieron ante uno de los sindicatos, es que una decisión similar sea repetida en las negociaciones con guionistas y actores, aunque no necesariamente se tomará de un día para otro. En cualquier caso es una concesión clave de los estudios que puede influenciar al resto del sector creativo. Es un punto clave a tener en cuenta, y que muestra los márgenes que empiezan a dibujarse alrededor de esta nueva tecnología.