Una piel suave e hidratada es sinónimo de buena salud. Por eso es tan importante combatir la piel seca, pues no sólo causa molestias como la tirantez o la rojez, sino que también favorece la aparición de arrugas.
Y es que la piel cuenta con una fina capa de grasa protectora que debemos mantener en excelente estado. La aplicación de cosméticos hidratantes, una higiene correcta y una alimentación equilibrada son claves para ello.
3Cómo prevenir la piel seca
No es difícil prevenir la piel seca, pero sí requiere establecer unos hábitos diarios y adaptables a nuestras características, pues dependiendo de nuestra sensibilidad cutánea, deberemos optar por unos tratamientos u otros.
La mayoría de ellos son muy sencillos y podemos realizarlos en nuestra propia casa. Estas pautas abarcan desde el uso de productos tópicos al consumo de alimentos saludables.
• Beber agua. Una correcta hidratación comienza en nuestro interior. Es de vital importancia beber entre un litro y medio y dos litros de agua diarios. De lo contrario, nuestros tejidos internos no se mantendrán correctamente hidratados y eso se reflejará en nuestro exterior.
• Usa fotoprotección. Como decíamos, los factores externos pueden resultar realmente perjudiciales para la piel. Por ello es muy importante usar fotoprotectores de alta calidad, tanto para protegernos del sol como de los climas secos y ventosos. Asimismo, debemos usar el factor solar adecuado para nuestro tipo de piel y limitar el tiempo de exposición.
• Alimentación equilibrada. Una dieta sana influye en todos los aspectos de nuestra vida, y por supuesto, también en la piel. Hemos de basarla en alimentos naturales, ricos en fibra y nutrientes, como la fruta y las verduras, que gracias a su alto contenido en agua favorecen la hidratación del organismo.
• Usar productos hidratantes. El uso de cremas y otros cosméticos diseñados para hidratar la piel es imprescindible para evitar la piel seca. Es importante exfoliar todas las noches y aplicar un sérum o crema hidratante sobre el rostro. El resto del cuerpo no necesita una exfoliación diaria, pero sí la aplicación de algún producto hidratante para mantener intactos los aceites naturales de la piel.
• Eliminar hábitos perjudiciales. Uno de los principales enemigos de la piel es el tabaco, pues dificulta el flujo sanguíneo, reduciendo el oxígeno y los nutrientes que llegan a nuestra piel. Así, disminuye el nivel de colágeno natural y acelera el envejecimiento.
• Evitar el exceso de higiene. Igual de perjudicial es la falta de higiene como su exceso. Ducharse varias veces al día es contraproducente, ya que el abuso de productos de higiene y de la propia agua daña la capa de grasa protectora de nuestro cuerpo. De igual forma, es importante limitar la exposición al agua.
• Usar productos de calidad. Y cuanto más naturales, mejor. Aquellos compuestos por un alto porcentaje de químicos no sólo no mejoran el estado de la piel, sino que pueden ocasionar efectos negativos. Los productos demasiado perfumados, por ejemplo, no suelen ser buenos.
• Usar guantes. Las manos son unas de las zonas que más tienden a secarse, por lo que es muy recomendable usar guantes para realizar tareas como limpiar, labores de jardinería, etc.
• Cuidado con el cloro. Tras cada sesión de piscina hay que ducharse con un jabón adecuado y aplicar crema hidratante por todo el cuerpo. Podría definirse incluso como algo “obligatorio”, pues el cloro seca enormemente la piel.
• Hidratar tras el afeitado. Afeitarse, especialmente con cuchilla, produce un efecto de sequedad y tirantez en el rostro. Por ello, es fundamental aplicar un producto hidratante específico para la zona tras el afeitado.
En ocasiones seguir todas estas pautas no es suficiente, sobre todo en casos de sufrir afecciones crónicas en la piel, como acné o dermatitis. Por ello, si padecemos esta sequedad de forma continuada y no logramos paliarla con estos remedios, lo mejor será que lo consultemos con un profesional.