Aunque España -el Gobierno de España- se acaba de enterar, el mundo lleva más de un lustro rearmándose. Marruecos no es una excepción, aunque sí cuenta con muchas ventajas en esta carrera armamentística: sus presupuestos en Defensa, y los de la Casa Real, no son objeto de debate, sino que se aprueban ‘manu militari’ en su Parlamento sin discusión, porque derivan de las instrucciones del monarca. Marruecos acaba de lograr que EEUU le venda un sofisticado sistema de misiles, similar al que ha girado la guerra en Ucrania en contra de Rusia, el HIMARS. Un arma con la que no cuenta nuestro Ejército que, pese a ello, dispone de una sólida ventaja militar sobre el del país vecino del Sur. Lo que pasa es que los estrategas saben que el punto de mira de Marruecos no está en el Norte (España), sino en el Este (Argelia) y el Sur (el Sahel).
Los misiles HIMARS (High Mobility Artillery Rocket System) son un fabuloso sistema ofensivo que tiene un alcance actual de 300 kilómetros, que podría llegar a 500 con determinadas municiones. El mercado considera que Marruecos va a desembolsar en torno a 525 millones de euros más por un portentoso sistema bélico que incluye además misiles tácticos, sistemas de lanzamiento múltiple guiados, ojivas de guerra y más material de última generación. España, la 21ª potencia militar mundial, difícilmente adquirirá estos dispositivos, tanto por su enfoque de la defensa, como por la doctrina, que hace que vayan de la mano la adquisición de programas de armas y la industria de la Defensa sobre todo nacional y Europea, ambas tiritando tras una larga crisis.
Se calcula que en los últimos lustros Marruecos ha gastado cerca de 20.000 millones de dólares en arsenal bélico. Para poner en contexto la enorme cifra, el presupuesto de este año del Ministerio de Defensa de España es de 12.825 millones de euros, de los cuales más de 5.000 son las nóminas de nuestros militares. En los cuarteles de las Reales Fuerzas Armadas de Marruecos hay maquinaria temible como los carros de combate M1 Abrams norteamericanos, o cazas de combate F-16, en cantidades enormes además. Estos sistemas conviven con material de la más variada procedencia, francesa y hasta soviética, lo que hace que cifras que podrían asustar como los casi 1.800 carros de combate (por apenas 300 de los que dispone nuestro Ejército de Tierra) hagan relativizar la situación. Marruecos se ha convertido en un cliente y aliado clave tanto para EEUU como para Israel, dos agentes decisivos en el mercado persa del armamento de última generación.
COMPRARSE UN EJÉRCITO, HACER UN EJÉRCITO
El enfoque marroquí en este rearme es más parecido a comprarse un ejército que a hacer un sistema cohesionado de defensa, que a lo que aspiran nuestras Fuerzas Armadas (FAS). El efecto dominó de la Guerra de Ucrania ha hecho que el Ejecutivo de Pedro Sánchez por fin afronte una tarea pendiente desde el mandato de Mariano Rajoy: el compromiso de los países de la OTAN de dedicar a su defensa el 2% de su PIB. En este sentido, nuestras FAS están afrontando programas de modernización y armamento que se estiman en unos 4.700 millones de euros. Pasaron ya los tiempos de colar como gastos de defensa las pensiones de los militares retirados, por ejemplo.
Lo que sucede es que los militares españoles se compran pocos juguetes bélicos “llave en mano”, casi todo este dinero está asociado a programas industriales de medio largo plazo, con repercusiones en la economía y el empleo nacionales. Un ejemplo de este gasto en cierto modo engañoso es el último anuncio de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en el curso de la celebración del aniversario del Ala 31 de Transportes, basada en Zaragoza: tres nuevos aviones de transporte medio A400M, que se unirán a los 14 ya disponibles. Lo que pasa es que España se comprometió en su día a un cupo de 27 aviones cuando nacía el proyecto, a cambio de que el modelo se fabricara parcialmente en las instalaciones de Tablada (Sevilla). El A400M es un éxito operativo (ha sido clave en las evacuaciones de Afganistán y Sudán) y va camino de ser un éxito comercial. Otra cosa es lo que pasa con otro modelo de Airbús, el helicóptero de transporte medio NH90, con el que España está también comprometida en una negociación que incluía una factoría de Eurocopter (la filial de Airbús) en Albacete, provincia natal del ex ministro socialista José Bono.
LA COMPARATIVA ESPAÑA-MARRUECOS
España goza aún de una notable superioridad militar sobre Marruecos, fruto de su potencia demográfica, económica y del índice de desarrollo europeo. Según los analistas de Global Fire Power (una consultora militar), España está en el puesto 21 de las potencias militares del mundo. Si bien lejos del lugar que le corresponde a la 14ª economía del mundo y 4ª de Europa, aún a considerable distancia de Marruecos, que está en la posición 65 del ránking, que analiza 145 países.
Sin embargo, es cierto que Marruecos ha acortado la brecha y hay elementos de análisis en los que está por encima de nuestras FAS, sobre todo cuantitativamente, no tanto cualitativamente.
Nuestras Fuerzas Armadas son netamente superiores en cuanto a potencia aérea (517 aeronaves alistadas en el Ejército del Aire y del Espacio por 250 de los marroquíes) y en poder naval, si bien nuestra Armada está en el puesto 22 del ránking mundial, por el 25 de los marroquíes. En cuanto a los ejércitos de tierra, las fuerzas están más parejas, sobre todo por la superioridad numérica marroquí, no solo en carros, sino en número de tropas y desarrollo de la artillería. Ahora bien, nuestro Ejército de Tierra está más mecanizado y aparentemente mejor tecnificado. Además, nuestras tropas han sido contrastadas en exigentes escenarios, como el de Afganistán, Irak o Mali, y siempre han salido bien paradas del reto. El enfoque de los planificadores del Ejército de Tierra era diseñar un ejército versátil y de alta movilidad, exigido sobre todo en operaciones internacionales con guerras asimétricas e híbridas. En las que, por ejemplo, no hacen tanta falta carros de combate ni artillería, y sí vehículos tipo MRAP que son eficaces contra el ataque de explosivos improvisados y trampa (IED)
PERO, ¿SOMOS ENEMIGOS? EEUU Y EL AFRICOM
Lo que pasa es que en la doctrina militar española, y en el contexto geopolítico, Marruecos no es la amenaza más probable. Es más, en cuestiones de inteligencia, lucha contra el terrorismo yihadista y cooperación, son dos inevitables aliados que comparten un escenario clave en la geoestrategia mundial, el Estrecho de Gibraltar y la Frontera Sur (el Sahel). Atrás queda el recuerdo de campañas africanas y siglos de enemistad, incluso las teorías conspiratorias del 11M. Eso no implica que no haya planes de contingencia para a defensa de Ceuta y Melilla, y también Canarias. Algunos expertos han puesto el acento en que con los nuevos sistemas que adquiere Marruecos, ciudades como Sevilla o Granada estarían al alcance de sus misiles. Lo que pasa es que Marruecos tiene muchos más problemas en el Este y el Sur de su País.
Y mucha más utilidad en el concierto estratégico mundial como aliado fiable y estable que como potencia invasora de la 4ª economía europea. EEUU decidió en la primera década de los 2000 crear su comando estratégico para África, AFRICOM. En 2008 lo puso en marcha y estableció su cuartel general en Stuttgart (Alemania), lejos de la escena de acción. Desde entonces hay una rivalidad soterrada y no muy hostil entre España y Marruecos para ser los caseros de este importante mando. Morón (donde ese estableció una fuerza de Marines del AFRICOM), Rota (base de los destructores del escudo antimisiles y paso aeronaval clave en el Estrecho) y la base aeronaval de Tan-Tan en Marruecos (costa Atlántica y sobre el Sáhara) son las candidatas. Hace pocas semanas el senador norteamericano Dan Sullivan ha reclamado que el AFRICOM se establezca en Marruecos.
Marruecos es el tapón y el secante del yihadismo que emerge del Sahel. Y también del que se pueda propagar por el Magreb, y ese papel es crucial para EEUU. Por eso necesita unas Reales Fuerzas Armadas marroquís competentes, leales y bien armadas. De paso, tanto la industria norteamericana como la israelí da salida a ingentes cantidades de material bélico de última generación. En esta materia, tan importante son los carros pesados de combate como la inteligencia y el trabajo de las vigilancias electrónicas y los drones.
En este escenario, el Reino de Marruecos ha ido a buscar a otro proveedor emergente, siempre con el visto bueno norteamericano: Turquía. Los últimos encargos, varios buques (el mayor una corbeta). Marruecos, que cuenta con el modelo norteamericano Predator, está tras la compra de drones de última generación chinos.
Este sí es un terreno donde nuestras FAS miran con preocupación. Las sucesivas crisis, la austeridad presupuestaria y los gobiernos con Podemos han dejado en el chasis muchos sistemas y han retrasado la entrada en un arma clave, como son los vehículos aéreos no tripulados. Los drones se han demostrado clave en la Guerra de Ucrania, no solo en labores de inteligencia, sino en acciones operativas en el frente. Algo que ya se vio en el conflicto de Siria, en el que drones comerciales con 100 dólares de coste con pilotos sin formación han destruido carros de combate de 60 toneladas. Las FAS españolas perdieron varios elementos del sistema de vigilancia electrónica (que estaba embarcada en aviones Boeing 707 ya jubilados y en otros de menor porte), lo que ha hecho que alguno de los sistemas que se van a mejorar es el de guerra electrónica llamado «Santiago».
Argelia es el otro escollo geoestratégico al que se enfrenta históricamente Marruecos. El apoyo al frente Polisario (que sigue activo) es una de las afrentas imperdonables para Marruecos, que mantiene una rivalidad eterna y agresiva con Argelia. Este país, con el que el Gobierno de Pedro Sánchez ha torpedeado las relaciones comerciales y diplomáticas, siempre ha sido un aliadlo del bloque del Este, más cercano a Rusia que a EEUU. Las fuerzas armadas de Marruecos están desplegadas mayoritariamete previendo un conflicto en el Este, contra Argelia.
Fiabilidad política, lealtad y buen cliente. Marruecos lo tiene todo para acabar llevándose el as del Cuartel general del AFRICOM frente a España. Las turbulencias políticas que la presencia norteamericana crean en la izquierda española son otro factor contra las opciones de las bases situadas en Andalucía. Si preguntaran a los militares norteamericanos y sus familias, ganaría España, pero esto es geoestrategia.
LA ACTUALIZACIÓN DE LAS FAS ESPAÑOLAS
Por mucha alarma que cause la presencia de misiles HIMARS al otro lado del Estrecho, las FAS han recibido como el esperado agua de mayo el esfuerzo inversor decidido por el Ejecutivo de Sánchez. El conflicto de Ucrania ha desbloqueado planes por valor de unos 4.700 millones de euros (frente a los 20.000 millones marroquís…).
La parte más sustancial va para programas industriales como la producción (tras años de desarrollo) del Vehículo de Combate de Infantería (VCI) Dragón 8X8, que será el elemento básico de nuestra infantería. También nuevos pedidos de Eurofighter, que deben sustituir a los veteranos F18 de Canarias. Las nuevas fragatas F110, más helicópteros (NH90) para la Armada probablemente y la sustitución del veteranísmo M113 TOA (algunos han desfilado a Ucrania) por un nuevo vehículo acorazado de cadenas que acompañe al combate a los tanques Leopard.
La Armada espera ya la puesta en servicio para 2024 del esperado y largamente desarrollado submarino S81, el primero de la serie S80. El programa consiste en cuatro buques submarinos, un arma diferencial no solo con Marruecos, sino con las marinas de guerra de casi todo el mundo, excepto las de las grandes potencias. La expectativa con este barco es que sea el inmediatamente inferior a los submarino nucleares, con algunas ventajas sobre los mismos. Y la ambición, que Navatia venda este modelo a marinas de países amigos, algo más improbable y que requerirá años en los que el S80 demuestre sus capacidades operativas reales.
En la categoría de “llave en mano” llega una nueva serie de helicópteros norteamericanos MH60 para la Armada, el sistema SIRPAD de drones, los RPA y diversos tipos de misiles, entre ellos los Mistral.
A medio camino está la esperada llegada del caza de quinta generación de Lockeed Martin, el F35. Por un lado la Armada perderá en breve su capacidad de aviación de ala fija embarcada, porque los Harrier caducan sin remedio. El F35 es la única opción en le mercado. El Ejército del Aire quiere este avión, carísimo y que EEUU exporta con ciertas cautelas. Este programa, que será de varios miles de millones de euros, requerirá una compleja contraparte industrial para España. Precisamente desde la industria europea, y las instituciones europeas, llega el escollo para la llegada de este cazabombardero de primer nivel. España está en la pomada del FCAS, el sistema europeo de defensa aérea que incluye un nuevo caza. Los planificadores del Ejército del Aire sudan cuando se tiene en cuenta que este sistema podría estar madura en algo más de una década, cuando las necesidades de la defensa española son perentorias. La compra conjunta del F35 -que podría anunciar Sánchez en su próxima visita a la Casa Blanca- sería un alivio compartido por el Aire y por la Armada, que además juntos racionalizarían costes logísticos y tecnológicos.
EL DOBLE REARME ESPAÑOL
Los nuevos tiempos han dejado atrás ciertos complejos en el enfoque de la defensa de España. Del ejército apegado a la defensa del territorio, repartido por todo el país para que no quedara territorio sin cubrir (con vistas a un enemigo externo o a un levantamiento interno) de los tiempos franquistas a otro diseñado para operar quirúrgicamente y en son de paz en territorios muy alejados. Si hay un rearme y las FAS recuperan competencias y capacidades, una desalentada industria nacional volverá a coger aire.
Compañías como Indra, SBB, SAPA, Instalaza, Navantia, ITP, GMV, Escribano y tantas otras están directamente implicadas en estos programas industriales. Unas empresas que crean empleos y desarrollos tecnológicos de alto valor añadido. Un rearme militar que tendrá su espejo en el rearme de una industria tecnológica y de alto valor para España. Todo sea por la Patria.
Investigación Grupo Merca2