A raíz de la crisis económica que se vive en España todos los ciudadanos buscan ahorrar ya sea en la cesta de la compra con productos de marca blanca o buscando la mejor oferta en el sector textil. Pero ahora parece que el sector de las falsificaciones se ha querido aprovechar de este hecho y en este caso con los perfumes. Con el afán de encontrar imitaciones a precios imbatibles pasamos por alto los vínculos que existen entre la mercancía falsificada y la delincuencia organizada.
Las falsificaciones nos rodean ya sea siendo conscientes de ellas o sin serlo, pero estamos rodeados de todo tipo de productos irregulares: prendas, electrodomésticos, accesorios y perfumes, entre otros. Las consecuencias del desarrollo acelerado de hecho criminal son graves y condicionan la evolución de las distintas actividades económicas. La situación es grave y la escala en la que se mueve hacen necesaria, no sólo la persecución legal y policial, sino que se exige un cambio en la percepción social y un cambio de mentalidad de los consumidores que prime la calidad frente a la cantidad, revalorizando el trabajo y el talento.
Hay que ser conscientes que con el comercio de las falsificaciones hay muchas marcas que se ven perjudicadas y que a nivel de ingresos les está afectando. El negocio de las falsificaciones se puede ver como un sector en el que encontrar gangas, pero que luego será un error que se pagará caro.
El TRÁFICO DE LA VENTA DE PERFUMES FALSOS
Comprar un bolso, unos jeans o un perfume falso, por ejemplo, puede no considerarse una operación ilegal, simplemente se puede ver como una manera menos costosa de ir a la última moda o de llevar ese perfume que es muy caro, pero lo podemos conseguir a un precio más asequible. Sin embargo, pocas veces se piensa que ese dinero puede terminar en manos de grupos delictivos organizados, o en el perjuicio que eso acarrea a las empresas que actúan legítimamente.
En estas últimas semanas una serie de personas están entrando en restaurantes y acercándose a terrazas de la capital con la intención de vender perfumes de marca como puede ser Prada o Yves Saint Laurent, entre otra. Esta gente se encarga de vender a los clientes, que están tranquilos tomándose un refresco en algún restaurante, sus perfumes que no son los oficiales, sino que son falsificaciones.
Ellos te venden el producto sin decir que es el original, pero no reconocen que es una falsificación ya que sería un delito. Si les dices que es una falsificación se enfadan con el cliente. La estrategia que tienen es decir que es el último perfume de Prada que vale alrededor de 100 euros en cualquier perfumería pero que ellos te lo dejan en 25 euros y si te llevas dos en 50 euros.
Cuando realizas el pago te piden que sea por Bizum al teléfono que te dan, acompañado de un correo electrónico que cuando el chico se va e intentas verificar si existe ese correo electrónico no lo vas a encontrar y te van a devolver los correos. Igual pasa con el número de teléfono al intentar llamar ya no existe el número.
El cobro te lo van a realizar y verás cómo se han descontado esos 25 euros de la cuenta, pero no aparecerá el destinatario, como si de una operación fantasma hablásemos. El producto que previamente te han vendido es falso y no puedes reclamar una devolución porque ellos ya se encargan de desaparecer y de que no llegues a contactar con ellos.
Las dos personas que compraron y luego intentaron llamar para pedir que les devolvieran el dinero al ver que eran falsos, justamente eran dos camareras de un restaurante. Ellas se dieron cuenta ya que en la caja se veía el embotellado del perfume con una firma y al abrir la caja se dieron cuenta que el embotellado era completamente liso sin ninguna firma ni relieve.
¿CÓMO SABER QUE ES UN PERFUME FALSIFICADO?
A veces fijarse en si un producto es el oficial o una copia puede ser complicado y podemos no darnos cuenta y caer en la trampa. Hay varios trucos con los que poder darnos cuenta y no comprar productos falsificados que no sabemos de dónde vienen y si pueden ser perjudiciales para nuestra salud.
Si la caja está mal terminada con unos bordes irregulares y lisa sin relieves podemos saber que no se trata de un producto original, el código de identificación estará mal colocado y es un código que va por tiendas para saber la cantidad de perfumes que van a un establecimiento u otro para tenerlo todo controlado.
El perfume dentro de la caja debe tener una sujeción para que no se mueva y evitar que se rompa el embotellado a causa de algún golpe, cuando hablamos de una falsificación al abrir la caja vemos el perfume suelto ‘bailando’ dentro de la caja sin ninguna sujeción. En este caso el embotellado del perfume será liso sin ningún relieve, es raro ya que todos los perfumes originales en el embotellado tienen un mínimo relieve.
