El independentismo catalán ha hecho mucho daño a la imagen de Cataluña y por ende a España. Un claro ejemplo es el de Tesla, el fabricante número uno de coches eléctricos en el mundo y cuyo máximo accionista es el multimillonario Elon Musk, que decidió hace unos años no elegir Barcelona para su nueva fábrica de automóviles y decantarse por Berlín, principalmente por la incertidumbre creada tras el procés de 2017 y la posibilidad de que en un momento los políticos nacionalistas radicales vuelvan a optar de manera unilateral por declarar la independencia de Cataluña, aunque fuese de manera simbólica como en aquellas fechas.
El 12 de noviembre de 2019 Musk escogía la sede de Grünheide, cerca de Berlín para abrir su primera megafactoría de coches eléctricos en Europa, donde se fabrican 500.000 unidades al año desde que en marzo de 2022 abriera sus puertas y la propia empresa norteamericana ha solicitado ampliar la producción hasta el millón anuales, donde actualmente trabajan 10.000 personas más otras 15.000 que dan empleo a empresas auxiliares de Tesla.
Adiós a la creación de miles de puestos de trabajo y que Barcelona se convirtiese de esta manera en un núcleo fundamental del sector automovilístico a nivel mundial con la importancia que está adquiriendo el coche eléctrico. A esto se suma que hubiera supuesto empleo de calidad con salarios por encima de lo que gana un trabajador de media en España que actualmente se cifra en 28.360 euros anuales y permitir que más empresas se hubieran instalado como proveedores.
EL MOTIVO DE TESLA A NO ELEGIR CATALUÑA
No llegó a revelarse oficialmente el motivo real de por qué Barcelona no fue la elegida y si la capital alemana, pero en los corrillos políticos afirman que el procés «espantó literamente» cualquier posibilidad de que Tesla aterrizase en Cataluña, con lo que el sueño de contar con la número 1 de coches eléctricos se esfumó para siempre y que hubiera supuesto un revulsivo tecnológico y de creación de empleos muy importante tras la marcha de Nissan.
Los acontecimientos de octubre de 2017 fueron nefastos a nivel económico y de cara a que posibles inversores pusieran su dinero en esta comunidad autónoma, con un expresidente de la Generalitat declarando la independencia el 17 del mismo mes y habiéndose celebrado un pseudoreferendum el día 1 de octubre para justificar tal decisión.
LA EMA AL IGUAL QUE TESLA DIJO NO A CATALUÑA
Desgraciadamente Tesla no ha sido el único caso de una gran empresa que pudo venir a España y finalmente optó por una opción más segura a nivel jurídico, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) que tenía su ubicación en Londres, prefirió fijar su sede en Europa en Amsterdam debido al Brexit. Cuando Barcelona era una de las claras favoritas a llevarse a los 900 trabajadores cualificados con sueldos por encima de los 3.500 euros mensuales y los más de 320 millones de euros de inversión cada año que hubieran supuesto para la ciudad condal, otro fiasco más ya que Amsterdam fue quien se llevó el premio.
Los movimientos de última hora para intentar que la capital catalana fuese la elegida sirvieron de poco, el daño que los políticos independentistas había hecho para Cataluña y para España ya estaba hecho. La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, declaró en noviembre de 2017 tras conocerse la noticia: «El independentismo ha sido el principal culpable de ello. Espero que sea el último daño del independentismo y que no comprometa el Mobile World Congress y otros salones internacionales. Me duele que España y Cataluña hayan perdido una oportunidad tan grande».
HUIDA DE EMPRESAS DE CATALUÑA
Lamentablemente Telsa y la EMA no han sido los únicos ejemplos de la no elección de Cataluña como sede para sus instalaciones por culpa de la crisis catalana propiciada por los independentistas. La competición deportiva de vela «Barcelona World Race 2019» se canceló por la incertidumbre institucional y los disturbios en las calles de varias ciudades catalanas que ensombrecían la buena imagen que había tenido.
Otro de los eventos internacionales que estuvo a punto de marcharse por el mismo motivo Congreso Mundial de Móviles, ya que el organizador GSMA aseguró que estuvo «monitorizando la situación en España y en Cataluña, evaluando cualquier impacto potencial para la Mobile World Capital y el Mobile World Congress».
No es sólo las empresas que no llegaron a instalarse en Cataluña por la deriva independentista sino las que casi 6.300 que han trasladado su sede a otras regiones de España desde que comenzase en 2012 el procés, suponiendo un varapalo económico y a nivel laboral para esta comunidad autónoma, con una tasa de paro del 10,3% y 348.000 personas en situación de desempleo.