Aunque la DGT (Dirección General de Tráfico) vela por la seguridad vial y se encarga de sensibilizar a los conductores, lo cierto es que casi siempre relacionamos esta entidad con las temidas multas. La imaginación de sus autoridades no parece conocer límites, ya que son capaces de sancionarte si conduces con ciertas enfermedades, también por llevar a tu mascota en el coche y hasta en casos tan absurdos como dejar mal colocado el carrito de la compra.
Ahora la DGT suma una nueva multa a esa creatividad a la hora de sancionar, y guarda relación con un producto de uso cotidiano: el Listerine. Cada vez son más los casos en los que un conductor se ha ganado las ‘atenciones’ de los agentes, y todo por cuidar de su higiene dental a diario. ¿Un enjuague bucal te puede meter en problemas al volante? Pues así es, y te lo vamos a explicar todo con detalle.
1GRAN PARTE DE LA POBLACIÓN USA LISTERINE
¿Sabías que el Listerine se inventó en Estados Unidos? Surgió en el siglo XIX como antiséptico quirúrgico, antes de que los dentistas comenzasen a usarlo para el cuidado bucal. A partir de ahí su fama se extendió y en 1914, comenzó a venderse por todo el mundo.
Su nombre se debe a Joseph Lister, un cirujano británico precursor de la asepsia en quirófano para prevenir las infecciones quirúrgicas. Desde entonces se ha convertido en un complemento esencial del lavado de dientes, y cuenta con varios modelos y sabores. ¡Aunque nunca debes ingerirlo o te las verás con la DGT!